Gran participación en las fiestas de Barcelona y controversia por la imagen del cartel oficial

Las fiestas patronales de Barcelona han registrado el mayor índice de participación de los últimos años. Según cálculos provisionales del Ayuntamiento, más de un millón de personas ha asistido a las celebraciones, en contraste con la escasa participación de años anteriores. Las Festes de la Mercè han provocado una protesta del principal grupo de oposición en el Ayuntamiento, Convergència i Unió (CiU), que dirige Ramón Trias Fargas, contra determinados actos populares y contra el cartel anunciador, por juzgarlos eróticos.

Los concejales de CiU llevaron su protesta hasta el final, y ninguno de ellos acudió al almuerzo oficial de la Mercè. A este acto institucional que cada año ofrece el Ayuntamiento de Barcelona a las autoridades catalanas sí asistieron, en cambio, el presidente de la Generalitat -y a la vez secretario general de Convergència Democrática de Catalunya (CDC)-, Jordi Pujol; el presidente del Parlament y presidente del Consell Nacional de Unió Democrática de Catalunya, (UDC), Miquel Coll i Alentorn, así como tres consellers del Gobierno autónomo pertenecientes a la coalición nacionalista.La protesta. de los concejales de CiU no se limitó a este plante Tampoco acudieron al Ayuntamiento para incorporarse a la comitiva que, tradicionalmente, se dirige andando hasta la basílica de la Mercè, patrona de la ciudad, donde se oficia una misa.

Acusaciones de erotismo

La actitud de protesta del grupo municipal de CiU tuvo su origen en una carta de Ramón Trias Fargas al alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, quejándose de no haber sido invitado a participar en la elaboración del programa de festejos y calificando de eróticos algunos actos programados, especialmente una representación de music hall al aire libre en la plaza de Sant Jaume (en la que están situados tanto el palacio de la Generalitat como el Ayuntamiento). En su escrito, Trias criticaba también el cartel anunciador de las fiestas, obra del artista barcelonés Robert Llimós, que representa a un grupo de personas bailando, con una pareja esquemáticamente desnuda en primer término y el perfil de diversos elementos arquitectónicos de la ciudad. Trias lo consideró pornográfico.