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La ONU, todavía en la infancia

Hablando sinceramente, se podría decir de las Naciones Unidas, en su 40º aniversario, que el mundo tiene el Parlamento que desea.La condición que ha debilitado la organización desde el principio ha sido bien descrita por Brian Urquhart, el subsecretario que ha luchado para dirigir las operaciones de las fuerzas de paz. Estamos todavía en Oriente Próximo. Lo barones feudales están mucho mejor armados y son más poderosos que la autoridad central, y hacen, más o menos, lo que quieren. Tiene que surgir en la escena internacional una gran combinación popular que insista en la necesidad de respetar una autoridad central y un proceso ordenado y legal para la conservación de la paz.

Los fundadores de la ONU intentaron considerar la soberanía de los Estados dando sitios permanentes y un voto en el Consejo de Seguridad a los cinco grandes barones ( ... ) En momentos críticos, el Consejo de Seguridad ha contenido, de hecho, la violencia, o al menos ha sido útil para ciertos combatientes que deseaban contenerla, como los árabes y los isrelíes, y hasta las superpotencias, como en la crisis de los misiles en Cuba, en 1962.

Pero todas éstas han sido modestas contribuciones al sueño de seguridad colectiva. Lo que traba el sistema de las Naciones Unidas es una contradicción central a las naciones que no quieren que se les limite en su capacidad de acción, se las pide que se unan en periódicas restricciones de actividades de otras. Así, a los cascos azules de las fuerzas de paz se les invoca, pero raras veces se los llama. Su principal función ha sido arbitrar ante antagonistas que quieren evitar una violencia mayor. Los cascos azules han conservdo la paz en un Chipre dividido, y entre Siria e Israel en las alturas del Golán. En el caótico Líbano han limitado el derramamiento de sangre donde los combatientes momentáneamente lo han permitido. Siempre atentos y diferentes hacia los barones que crean los incidentes, a los soldados de las fuerzas de paz de las Naciones Unidas les está prohibido el uso de armas en su propia autodefensa. Su principal misión es vigilar los armisticios.(...)

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23 de septiembre

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