No 30, sino 112 líneas
En la tan leída sección de este periódico Cartas al Director advierten ustedes en una entradilla que los textos dirigidos a esta sección no deben sobrepasar las 30 líneas mecanografiadas. Me parece muy bien. Pero lo que no me parece bien -hecha la ley, hecha la trampa- es que ustedes se salgan de madre tan estrepitosamente al otorgarle a Degrelle, en su carta del lunes 16, no 30, sino 112 líneas, saltándose a la torera -como diría Bergamín- cuanto ustedes advierten con letra menuda al principio de la sección. Por lo visto, Degrelle, desde la plácida y dulce Fuengirola, debe tener bula para enrollarse de la manera que lo ha hecho, con la aquiescencia de ustedes, para decimos que él no ha sido criminal de guerra y de paso endosarnos una ligera visión de atrocidades cometidas por los aliados en los campos de batalla, que no viene a ser lo mismo que las cometidas por las SS alemanas en los indefensos campos de con centración.Y no digo más, aunque pudiera, como diría el buen Sancho.- Francisco Antón.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.