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Muere en Berlín el 'zar' de la Prensa alemana, Axel Springer

El magnate de la Prensa alemana, Axel Springer, falleció ayer a la edad de 73 años en Berlín Occidental. Un portavoz de la cadena de periódico que llevaba su nombre anunció que su muerte se debió a un ataque de corazón tras una breve enfermedad y se produjo a media tarde del domingo. Anticomunista furibundo, en 1959, en pleno bloqueo soviético de Berlín, Springer trasladó a esta ciudad su cuartel general y puso la primera piedra del edificio de 20 pisos que debía albergar sus oficinas en un solar contiguo al sector soviético con una inscripción que decía: "Con confianza en el futuro de Alemania".

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Acababa de venderse la mitad de su imperio

Axel César Springer, el zar de la Prensa alemana, estaba en la cumbre de su poder y buscaba fórmulas de continuidad para su emporio. Uno de cada tres de los 21 millones de periódicos que se venden diariamente en la República Federal de Alemania se imprime en la cadena Springer y uno de ellos, el Bild Zeitung, con seis millones de ejemplares diarios, es el de mayor tirada de Europa. Su contenido mezcla de amarillismo, chismes, sexo, crimen y deporte, es buscado ávidamente por los ciudadanos alemanes en sus vacaciones en Canarias, Nairobi, la Pampa, Addis Abeba o Rodas y hallado en la mayoría de los casos.Springer se había convertido en uno de los hombres más poderosos de su país: temido, odiado y admirado. Firme defensor de una política de enfrentamiento y guerra fría con el Este europeo, estaba fuertemente vinculado a la unión cristianodemócrata CDU/CSU, partido hoy en el poder gracias a la inestimable ayuda de la Prensa de este entusiasta admirador de la política de Reagan. Desde su posición de extremista conservador, visceral anticomunista, proamericano, defensor de la reunificación de las dos Alemanias y, según algunos enemigos, algo más que colaborador del nacional-socialismo durante la guerra, Springer se definió desde 1945 como un firme defensor de la libertad de Prensa.

Producto del 'milagro alemán'

Axel Springer ha sido un producto típico del milagro alemán de la posguerra. Heredó de su padre un modesto periódico que había sido clausurado por el régimen nazi, hecho que aprovechó en 1945 para obtener de los aliados un permiso para la edición de periódicos. El imperio periodístico levantado desde entonces se convirtió en el más importante de Europa occidental. Controla los cinco diarios alemanes de mayor tirada, entre ellos Die Welt, Bild, Hamburger Abendblatt, Berliner Morgenpost y BZ; publica además dos periódicos dominicales, Bild am Sonntag y Welt am Sonntag; revistas femeninas, como Bild der Frau; es dueño de una editorial y realiza producciones para la radio y la televisión, Hörzu y Funk-Uhr. El imperio editorial de Springer da trabajo a 12.000 empleados.Sin embargo, es un imperio sin sucesor. La vida privada del zar ha estado marcada por numerosas tragedias personales, cinco matrimonios, cuatro divorcios, incendios provocados en dos de sus casas y el suicidio a los 38 años -de un tiro en la sien en extrañas circunstancias- de su hijo, el fotógrafo Sven Simon, en 1980, que estaba predestinado para sucederle.

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