El Gobierno español cree que los siete pescadores del 'Junquito' se encuentran secuestrados
Las autoridades españolas encargadas de esclarecer la autoría del ametrallamiento en aguas saharauis de la patrullera de la Armada Tagomago y del pesquero Junquito, así como de averiguar el paradero de la tripulación de éste, consideran que los siete pescadores desaparecidos han sido secuestrados, según pudo saber ayer EL PAÍS en fuentes próximas a la Presidencia del Gobierno. Esta tesis se apoya en el hecho de que no se encontrara en la cubierta del pesquero la lancha de salvamento y de que no hayan aparecido ni supervivientes ni cadáveres en la zona en la que se produjo el ametrallamiento, pese a la intensa búsqueda.
La convicción de que los siete pescadores desaparecidos se hallan secuestrados ha impulsado al Gobierno a "no adoptar decisiones que dentro de poco podrían resultarle perjudiciales para resolver el caso", lo cual revela la previsión gubernamental de tener que encargar contactos para obtener la liberación de los pescadores.Fuentes diplomáticas aseguraron, por su parte, que hasta ayer no se había recibido una reivindicación directa del Frente Polisario y que proseguía la investigación para determinar la autoría de los ataques contra el pesquero y la patrullera.
El ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, inició este fin de semana las gestiones para entrevistarse inmediatamente en Nueva York con los jefes de las diplomacias de Marruecos, Argelia y Mauritania, con objeto de esclarecer los ametrallamientos del pesquero Junquito y la patrullera de la Armada Tagomago cerca de la costa saharaui, que provocaron la muerte de un cabo y la desaparición de siete pescadores españoles.
Fernández Ordóñez, que se encuentra en Nueva York para asistir a la inauguración de la 40ª Asamblea General de las Naciones Unidas, confiaba en celebrar la primera entrevista hoy mismo, tras haber solicitado a los Ministerios de Asuntos Exteriores de Marruecos, Argelia y Mauritania el inicio de averiguaciones en relación con las agresiones.
Simultáneamente, los embajadores españoles en Rabat, Argel y Nuakchot continúan recabando datos, que trasmiten al Palacio de Santa Cruz, en Madrid, donde el subsecretario de Asuntos Exteriores, Fernando Perpiñá-Robert, dirige la labor de análisis y contraste de las informaciones.
El director general de Política Exterior para Africa, Jorge de Ezcaraz, regresó ayer de Estados Unidos, adonde había acudido para preparar con Fernández Ordóñez la participación española en la inauguración de la 40ª Asamblea General de la ONU.
Jorge de Ezcaraz reemprendió viaje a Madrid, poco después de haber llegado a Nueva York, al conocer las agresiones a los buques españoles en aguas saharauis. Medios diplomáticos españoles advirtieron de la posibilidad de que hoy se produzca alguna novedad en el esclarecimiento de los atentados como consecuencia de las entrevistas que haya podido mantener en Nueva York Francisco Fernández Ordóñez y del reinicio de la actividad oficial en Marruecos, Argelia y Mauritania.
Negativa marroquí
El director general de la Oficina de Información Diplomática, Inocencio Arias, señaló ayer en Nueva York que el secretario general del Mínisterio de Asuntos Exteriores marroquí había negado a Fernández Ordóñez, durante una conversación telefónica, cualquier responsabilidad de su país en los ataques contra las embarcaciones españolas, y aseguró que su Gobierno realizará una investigación sobre la desaparición de los siete pescadores.
Un portavoz de la OID en Madrid agregó que la actitud de las autoridades políticas españolas sigue siendo la de recabar la máxima información para obtener una base sólida sobre la que poder adoptar decisiones.
Medios políticos socialistas manifestaron ayer que los ataques contra el Junquito y el Tagomago recuerdan el problema, pendiente de resolver, de la soberanía de las aguas saharauis, a la vez que ponen de manifiesto la necesidad de contar con un servicio de protección y vigilancia marítima, que podría representar la Guardia Civil del Mar, dotado de lanchas rápidas y helicópteros y que garantice con mayor rapidez y medios más modernos la seguridad de la navegación en las aguas juirisdiccionales.
Las mismas fuentes mostraron su extrañeza por la extrema cercanía de la costa saharaui a que llegaron tanto el pesquero como la patrullera de la Armada.
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