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Ataque a dos buques españoles en la zona sahariana

Un cabo de la Armado muerto y siete pescadores canarios desaparecidos al ser atacados dos buques en aguas saharianas

José Manuel Castro Rodríguez, de 18 años y natural de El Ferrol, cabo segundo artillero, falleció ayer a bordo de la patrullera de altura de la Armada Española Tagomago, al ser atacada desde tierra, a una milla y media, aproximadamente, de la costa marroquí. El Tagomago había acudido a socorrer a las víctimas del pesquero artesanal -con base en Las Palmas (Canarias)- Junquito, atacado, al parecer, desde tierra la noche anterior con fuego de armamento pesado, cuando faenába a una mina y media de tierra, cerca de la frontera entre el antiguo Sáhara y Mauritania. Sus siete tripulantes fueron dados por desaparecidos. El Gobierno marroquí y el Frente Polisario guardan silencio sobre el suceso. El pesquero se hundió a última hora de la tarde, según fuentes oficiales.

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En la agresión a la patrullera resultaron heridos graves el cabo primero electricista José Manuel Ferreiro Casa, y el cabo segundo Francisco Sánchez Granés. Los dos fueron evacuados en el buque hospital Esperenza del Mar y no se teme por su vida, informan desde el propio buque.Sobre las tres de la tarde de hoy lunes, un helicóptero de la Armada recogerá a los heridos cuando el Esperenza del Mar se encuentre a unas 150 millas de Las Palmas, hacia donde navega, para acelerar la hospitalización de los dos marineros.

Desde que se tuvo noticia en medios militares de que el Tagomago había sido objeto del citado atentado, ocurrido a las 10.55, el jefe del Estado Mayor de la Comandancia General de Marina de Canarias se reunió con carácter extraordinario con todos los jefes y oficiales de la zona marítima. En una nota oficial, la citada instancia militar recordó a los patrones de los pesqueros del caladero africano la prohibición de faenar a menos de 12 millas de tierra.

El Tagomago se aproximó al Junquito para colaborar junto con el remolcador español Ferrol en las tareas de búsqueda de los posibles supervivientes del pesquero, siendo ametrallado desde tierra. El joven artillero José Manuel Castro pereció en el ataque y los cabos José Manuel Ferreiro y Francisco Sánchez resultaron con heridas leves en piernas y brazos, según fuentes de la Comandancia Militar de Marina de Canarias.

Dos nuevas unidades de la Armada española, el destructor Almirante Ferrándiz y la patrullera Grosa, se sumaron a las operaciones de rastreo. Asimismo, el buque hospital Esperanza del mar, dedicado a la asistencia sanitaria de la flota pesquera española en el banco sahariano, participó en las mismas tareas con su propio helicóptero, que sobrevoló la zona.

El primer mensaje de alarma sobre el atentado contra el Junquito, lo dio el pesquero Juana Rosa, al descubrir que aquél estaba incendiado. Un marinero de uno de los barcos que acudieron a la llamada de auxilio dijo que el barco siniestrado presentaba "un aspecto aterrador". Según describió, en la cubierta se observaban manchas de sangre. El Junquito, ametrallado e incendidado, quedó abandonado sin rastro de su tripulación. Uno de los pescadores, el cocinero, Antonio Morales, es hijo del armador del barco, Pedro Morales.

Las otras seis personas desaparecidas, todas canarias, son Marcos Blas de León González (patrón); Jacinto Rodríguez Pulido (mecánico); Guillermo Batista Figueroa (contramaestre) y los marineros Fermín Toledo Hernández, Francisco Santana Santana y Francisco Rodríguez Hernández.

Por su parte, el armador se mostró confiado en que su hijo y el resto de la tripulación se encuentren con vida, informó Onda pesquera, de la Cadena SER. Pedro Morales responsabilizó de la operación al Frente Polisario que, según dijo, habría trasladado hacia sus campamentos a los pescadores aprehendidos. Pedro, hijodel armador que se encuentra en Las Palmas afirmó anoche que "estamos tranquilos porque confiamos en que estén en manos del Polisario"

La sospecha de que puedan encontrarse vivos se acrecienta por el hecho de que, según fuentes del Instituto Social de la Marina, en Las Palmas, la patrullera Tagomago no encontró las lanchas salvavidas a bordo del Junquito. Ello permite deducir que la tripulación las utilizó, por su propia voluntad, u obligados por los atacantes.

Cuando se produjo el ataque al Junquito, éste estaba situado a 21º 45' Norte y l7º 10' Oeste, en la zona conocida con el nombre de Ensenada de Villalobos la Vieja, dentro de la región de la Güera, y a unos 40 millas al norte de la frontera entre el antiguo territorio saharaui y Mauritania.

Según fuentes pesqueras canarias, el Junquito, un barco de 15 metros de eslora y con dos motores de 200 caballos de potencia cada uno, había partido del puerto de Las Palmas el pasado día 11. Se cree que pudo ser atacado en un punto limítrofe con la ventana de seguridad -zona prohibida a la pesca, a menos de 12 millas de tierra, por razones militares- más al sur de las aguas administradas por Marruecos.

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