Proyectos y realidades

De Europa a América, de América a Australia, pasando por Japón y Oriente Próximo, los proyectos de Christo abarcan prácticamente todos los continentes.Entre los ya realizados los hay de todos los órdenes, empezando por uno eminentemente conceptual hecho en 1968 para la Documenta de Kassel, consistente en 5.600 metros cúbicos de aire empaquetado, una columna de 80 metros de altura y 10 de diámetro, oscilando lentamente en el aire de un lado a otro.

Sin embargo, en otros predomina fundamentalmente el elemento pictórico. Dos buenos ejemplos son, en primer lugar, Valley Curtain, de 1970-1972, en Colorado (EE UU), una cortina de un brillante color naranja atravesando el valle de Rifle Gap. Su realización exigió 28 meses, pero pocas horas después de su montaje hubo que desmontarla por temor a los accidentes que una imprevista tempestad pudiera causar. En segundo lugar, Surrounded island, casi un Monet de nuestros días Once islas de la bahía de Biscayne, Miami, fueron rodeadas de un tejido rosa flotante. Para este proyecto, Christo tuvo que mandar realizar estudios sobre la flora y la fauna para evitar que ésta quedara afectada por el mismo.

Los frustrados

Frente a estos proyectos, otros más escultóricos, como el del empaquetamiento de la puerta Pinciana de la muralla de Marco Aurelio, de Roma (quizá el que más cerca está del actual del Pont-Neuf) y, sin duda, el más significativo de todos, Wrapped coast, realizado en 1969, en Little Bay, Sidney (Australia), el empaquetado de un acantilado, tres kilómetros de largo por 30 metros de altura, una auténtica escultura gigantesca de impresionante belleza y tan grandiosa como RunningJerce (1972-1976), en California, una cortina de 40 kilómetros de largo y seis metros de altura.

Pero además de los realizados están los eliminados, como el de la estatua de Colón de Barcelona, y los no conseguidos todavía, en tre ellos el único permanente, la mastaba de 390.500 barriles de petróleo de vivos colores, proyectada para Abu Dabi, y el de Umbrellas, en Japón, el último de todos, que comprende 15 o 20 kilómetros en una costa de Japón y otros tantos en el sur de EE UU, en California, y que estará formado por una serie de paraguas de seis metros de altura y ocho de diámetro octogonal, agrupadas como champiñones, en línea recta o separados, que entrarán en la ciudad, cubrirán los jardines y atravesarán los ríos. Se trata del primer proyecto de espacio interior, una serie de abrigos vertica les que se transformarán con los accidentes del paisaje y con la topografía convirtiéndose en el símbolo de la comparación de dos mundos.