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La transición pacífica a la democracia no ha llegado al País Vasco, según el general Cassinello

"La transición pacífica a la democracia se quedó en el valle del Ebro y todavía no ha llegado al País Vasco", afirmó el general Andrés Cassinello Pérez, jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, en su participación en el I Congreso Iberoamericano de Sociología Militar, que, con el lema Las fuerzas armadas en los procesos de transición a la democracia, comenzó ayer en la sede del Instituto de Cooperación Iberoamericana, en Madrid. En la sesión de la mañana intervinieron, entre otros, el general uruguayo Líber Seregni y el ex ministro de Defensa español Agustín Rodríguez Sahagún.

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El general Cassinello, quien dijo "deber al País Vasco mis canas y mi incipiente temblor de manos", afirmó que "allí -refiriéndose a la citada comunidad- hay guerra porque no hay paz, es un mundo distinto y cada recado del camino es el recuerdo de un asesinato. Actualmente allí no hay una situación de equilibrio y todas las organizaciones preconizan una victoria total sobre el enemigo. Incluso los obispos se convierten en jueces que condenan pero todavía noche visto a ningún obispo en el entierro de ningún guardia civil".Aunque el terrorismo como factor de desestabilización de la democracia era el tema genérico de la ponencia del general Cassinello, éste se centró, en particular, en el fenómeno del terrorismo etarra y su relación con los militares, y en la propia labor antiterrorista por él desarrollada. Para el jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, el terrorismo "no es una guerra militar, aunque los etarras se consideren soldados, pues no hay Estados ni fronteras, sino una herejía bélica, una guerra larvada, esquizofrénica e interna. Pero tampoco se parece en nada a la delincuencia común."

Tentación totalitaria

El general Cassinello rechazó las soluciones violentas para acabar con el terrorismo "pues matar la libertad para defenderla nunca es la solución y les hacemos frente con las leyes y libertades de la paz, con todas las garantías para quienes son unos asesinos".Sin embargo, continuó, "en nosotros siempre está la tentación totalitaria, el aplicar todo el recurso de la fuerza, que podemos hacerlo, pero debemos guardar la racionalidad y considerar que el problema no es tanto destruir al núcleo terrorista, sino captar a la sociedad" en contra del terrorismo.

"No es fácil mantener este equilibrio", agregó, "sobre todo al ver a un guardia civil muerto. Yo tengo los hombres y tengo las armas y tengo que garantizar a quienes sé que son mis enemigos y, por ejemplo, al ver morir a un guardia civil he de tragarme las listas de los terroristas y de quienes les apoyan que viven en el mismo pueblo. Para los dos bandos esta es una guerra de tenacidades y resistir es vencer".

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"Mi puesto de mando es un volcán, es el ojo de un torbellino y las tensiones y problemas hacen aflorar muchas veces la tentación totalitaria. Cada cinco minutos tengo que pensar por qué me limito, con todo el poderío para aplastarlos. Soy testigo permanente de mi propia impotencia, siendo consciente de nuestra enorme masa de fuerza. El arma pugna por dejar arrastarse por la pasión, pero no es lícito que yo rompa mi patria y la llene de cadáveres. No soy un observador imparcial, sino un participante apasionado, pero lucho por la racionalidad".

Salvaje ruptura

El jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil calificó el terrorismo de "salvaje ruptura de la convivencia ciudadana" y destacó su necesidad de encontrar un sistema de opresión -un "chivo expiatorio", en sus palabras- contra el que luchar y la necesidad de los terroristas de "encontrar una justificación prolija de por qué asesinan".Destacó también el general Cassinello el "fetichismo revolucionario" que implica el deseo de ETA de "negociar sólo con los militares. Es una fatuidad y una búsqueda de la ruptura institucional, pues les encantaría negociar con un Gobierno de militares, les hubiese encantado que triunfase el 23-F". Comentó seguidamente la relación de Herri Batasuna con ETA diciendo que "lo importante no es el número de los que matan sino el coro de violentos que les apoyan".

Cassinello había comenzado su intervención partiendo de la referencia a distintos hechos terroristas de la reciente historia española hecha por el anterior ponente, el periodista Alejandro Muñoz Alonso. A este respecto, Cassinello dijo que "debo a España el contar bastante de lo que viví en momentos muy difíciles.

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