Tres muertos al estallar la violencia racial en la ciudad británica de Birmingham

Al menos tres personas murieron durante los violentos incidentes raciales que en la noche del lunes al martes se produjeron en la ciudad británica de Birmingham. Un portavoz policial declaró que 30 personas resultaron heridas y otras 25 fueron detenidas. Los habitantes de Handsworth, el barrio más afectado, culparon ayer a la policía de los incidentes. El ministro del Interior, Douglas Hurd, se vio obligado a retirarse escoltado durante su visita ayer al lugar, tras ser apedreado.

Los hechos se iniciaron, al parecer, cuando un policía multó a un joven negro por una infracción de tráfico. Un centenar de jóvenes rodeó al agente. Después, varias docenas de jóvenes apedrearon a un grupo de bomberos que intentaba apagar un incendio, lo que obligó a la intervención policial, que provocó que los disturbios se extendieran y cobraran una mayor virulencia, sobre todo en el barrio de Handsworth, cuya población está compuesta en su mayoría por inmigrantes negros o asiáticos. Su principal calle comercial, Lozells Road, fue la más afectada."Usted sabe lo que hay detrás de esto (disturbios)", dijo un joven negro. "Es la policía. Es siempre la policía. Nos complica la vida". "La policía nos trata como a animales, es racista", afirmó otro joven negro.

Un portavoz policial, lan Strachen, manifestó que dos cuerpos carbonizados fueron encontrados en una oficina de correos tras ser sofocado el incendio que se había producido en el transcurso de los incidentes.

Algunos jóvenes irrumpieron en casas particulares lanzando gritos de "libertad, libertad", destrozaron el mobiliario o derramaron gasolina sobre el suelo. "Estaban como locos", afirmó Ahmed Jawal, un habitante del barrio.

La policía declaró que no se conocía la causa de los disturbios. Handsworth es un área con un alto nivel de desempleo y tensión racial. El índice de parados es de un 55% a un 60% sobre la población activa, en comparación con la media nacional británica, de un 13%. "Muchos jóvenes pasan su tiempo sentados en cafés fumando marihuana o tomando drogas duras", dijo el jefe de policía del condado de West Midlands, Geoffrey Dear, que manifestó que los jóvenes "se lo pasaron de miedo la pasada noche".

Visita del ministro del Interior

La primera ministra británica, Margaret Thatcher, declaró ayer en Aberdeen (Escocia), donde se encuentra de visita, que los violentos incidentes de Birmingham son "espantosos" y que los responsables locales deben preocuparse para que no vuelvan a producirse. Por su parte, el líder del Partido Laborista, en la oposición, Neil Kinnock, condenó la violencia y manifestó que "tenemos que dedicarnos a la renovación de oportunidades para los jóvenes".

El ministro del Interior, Douglas Hurd, que, por indicación de Margaret Thatcher, se trasladó ayer a Birmingham para recabar información sobre los incidentes, se vio obligado a retirarse escoltado tras ser recibido a pedradas por los manifestantes, en su mayoría negros. Hurd no tuvo tiempo sino de decir: "Estoy aquí para escucharos", antes de ser objeto del lanzamiento de piedras y botellas.

Tras abandonar el lugar el ministro y el jefe policial, la violencia se reprodujo y docenas de jóvenes incendiaron coches y edíficios y lanzaron piedras y botellas a la policía.