Los ahorros de un basurero

Una de las anécdotas dramáticas del rififi tiene como protagonista a un ciudadano español que estuvo ocho años trabajando como basurero en Suiza y logró ahorrar nueve millones de pesetas. De vuelta a su país, decidió establecerse en Barcelona. Había pensado en comprar un bar y ya tenía apalabrada esta operación antes del verano. El propietario del local quería dinero contante y sonante, pero a última hora surgieron problemas en el lógico estira y afloja y se pospuso la negociación para la vuelta de las vacaciones. Como ya había reunido los nueve millones, decidió dejarlos en la caja de seguridad de una prima suya, en el Banco Hispano Americano de la calle de Fontanella. El hombre está ahora desesperado y es una de las 100 personas que están dispuestas a emprender acciones judiciales contra la entidad. Cincuenta y cinco de ellas están a la espera del dictamen pedido por su abogado Ramón Solé a una empresa de seguridad sobre las condiciones de la cámara acorazada.Junto a estas situaciones, existen indicios, según una alta fuente policial, de que había gran cantidad de dinero negro en alguna de las cajas. El rumor de que en una de ellas pudiera haber tres millones de dólares no fue desmentido oficialmente.