Irán apresa un barco italiano y asegura haber destruido un complejo petrolero iraquí
Sayed Alí Jamenei, presidente de la República Islámica de Irán, anunció ayer que las fuerzas aéreas de su país bombardearon en la mañana el complejo petrolero iraquí de Ain Zaleh, situado en el interior de Irak, a unos 240 kilómetros del límite fronterizo entre ambos países. El ataque fue presentado como una respuesta a los recientes bombardeos iraquíes contra la terminal petrolera de Jarq, sobre el golfo Pérsico. Por otra parte, comandos aerotransportados iraníes, en un hecho sin precedentes, abordaron un buque italiano que navegaba frente a la costa saudí y lo liberaron luego.
El presidente iraní subrayó que las instalaciones de Aín Zaleh quedaron destruidas en un 80%. Según Jamenei, el bombardeo era la respuesta a los ataques iraquíes contra la terminal petrolera iraní de Jarq por parte de la aviación de Irak. Jamenei advirtió ayer en la plegaria de la universidad de Teherán que su país no permitirá el tránsito de una sola gota de petróleo por el golfo Pérsico si sus terminales se ven hostigadas por Irak.Del mismo modo, fuentes oficiales iraníes anunciaron que unidades de la aviación de Irán atacaron y destruyeron la estación de radar de Irbil, en, el interior de Irak, en una acción aérea que, a juicio de Teherán, fue consumada con éxito.
Desde el pasado 15 de agosto, Irak asegura haber atacado en cinco ocasiones la terminal petrolera de Jarq, por donde Irán exporta buena parte de su crudo, principal fuente de ingresos para financiar la guerra contra Irak. La acción contra Ain Zaleh, presentada por Teherán como una respuesta a aquellos ataques, se contempla como un importante hecho en la escalada de hostilidades, entre ambos contendientes.
En este marco se inserta el apresamiento iraní, por abordaje a base de unidades de comandos aerotransportados, registrado ayer en el buque. portacontenedores, de pabellón italiano, Merzario Brittania, de 22.425 toneladas. El barco, que transportaba mercancías procedentes de Europa occidental, fue apresado por sorpresa cuando surcaba aguas saudíes, a unos 50 kilómetros de estas costas y a la misma distancia del puerto saudí de Jubail. El buque cubría su singladura entre Damman y Kuwait.
Los comandos mantuvieron retenido el buque durante algunas horas, inspeccionaron su carga y, posteriormente, dieron órdenes a su capitán, el italiano Furio Gerbec, de levar anclas y proseguir su camino.
El hecho, sin precedentes desde el comienzo de la guerra hace cinco años, junto con la reciente detención de un buque kuwaití en aguas del Estrecho de Ormuz, ha causado consternación en medios navieros y comerciales de los países del Golfo Pérsico, que lo contemplan como una prueba de los efectos de la contienda irano-iraquí sobre el tráfico naval por aquellas aguas. Los observadores toman es tos ataques como una muestra de que Irán ha adquirido ya capacidad para realizar acciones con unidades aerotransportadas en alta mar.
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