Los sacerdotes casados piden una Iglesia renovada que les dé cabida

El II Sínodo de Curas Casados, que concluyó el pasado fin de semana en la localidad italiana de Ariccia, ha aprobado un manifiesto en el que se solicita una Iglesia renovada y la aplicación de los derechos humanos en su seno. Un portavoz del Movimiento pro Celibato Opcional (MOCEOP), organización en la que están agrupados la mayor parte de los presbíteros españoles casados, declaró ayer a este diario que su proceso de reconocimiento "es imparable, por mucho que un sector de la jerarquía eclesiástica guarde un silencio evangélicamente absurdo".

El documento final subraya que "la Iglesia no puede predicar la justicia y los derechos humanos en el mundo, mientras ella oprime a su propio pueblo e ignora la llamada a la libertad y dignidad de sus propios miembros". Según el texto aprobado, "los sacerdotes casados han sido castigados solamente porque decidieron casarse y formar una familia cristiana".

Paolo Camellini, secretario del Sínodo, declaró a este diario que un grupo de obispos y algunos cardenales, que no han querido dar sus nombres, nos han manifestado su apoyo".

En el desarrollo de las sesiones sinodales se apreciaron divergencias entre las delegaciones acerca de la renovación que se debe operar en el seno de la Iglesia para dar cabida a los presbíteros casados. Las delegaciones más conservadoras -centroeuropeos, fundamentalmente- se mostraban en su mayoría partidarios de la vuelta a la misma Iglesia, sin más cambios que la entrada en vigor de la ley de celibato opcional.

Los más progresistas, entre los que figuraban españoles, holandeses, norteamericanos y latinoamericanos, proponían un cambio más profundo.

Como sede del III Sínodo, que se celebrará dentro de dos años, se habla de las ciudades de Roma o Barcelona, "aunque eso son sólo propuestas muy recientes y aún no sometidas a estudio", manifestó un portavoz del MOCEOP.