Los militares de la 3ª y 4ª promociones tienen escasas posibilidades de ascender al generalato
Los militares del Ejército de Tierra integrantes de la tercera y cuarta promociones -un centenar aproximado en cada una de ellas- tienen escasas posibilidades de ascender al generalato y prácticamente inexistentes de lograr el máximo empleo en la carrera el teniente general-, debido a la inflación de generales registrada en los últimos años con los miembros de la primera y segunda promociones, las pocas vacantes que se crearán en los próximos meses y la prevista reducción del número de capitanías y de unidades. De otro lado, los miembros de la Junta de Jefes de Estado Mayor serán, sustituidos el año próximo, tras las elecciones legislativas.
Sólo dos de los actuales tenientes generales abandonarán por razón de edad -pasarán a la situación B- su situación activa en el Ejército en lo que resta de año. Se trata del capitán general de Canarias, José Pérez Iñigo, y del presidente del Consejo Supremo de Justicia Militar, Ricardo Castillo del Río, quienes pasarán a dicha situación los próximos días 12 de septiembre y 17 de octubre, respectivamente.De los 12 tenientes generales que hay en la actualidad, siete -Gustavo Urrutia, José Buigues, Fernando Rodríguez Ventosa, Fernando Gautier, Ricardo Escribano, Baldomero Hernández y Miguel Íñiguez- corresponden a la primera promoción, cuyos integrantes -más de un centenar- ascendieron prácticamente en masa y al completo al generalato.
De la segunda promoción ya han ascendido a teniente general Luis Lobo García, actual jefe del Mando Superior de Apoyo al Personal, y Juan Bautista Sánchez Bilbao, capitán general de Valencia. De esta promoción, compuesta también por algo más de un centenar de militares, sólo dos generales más -ya que sólo habrá dos vacantes este año- podrán ascender a teniente general. Puesto que los dos citados pertenecen alas armas de Caballería e Infanteria, es muy probable que los otros dos pertenezcan a Artillería e Ingenieros.
En Artillería, los militares citados como más destacados en esta segunda promoción son Pío Castrillo Mazeres y Francisco Ferrer Fores, actuales gobernadores militares de Burgos y Zaragoza, respectivamente. En Infantería, los militares más destacados, según fuentes militares, son Ricardo Oñate, Eloy Rovira y José Veguillas, actuales jefe de Ingenieros, segundo jefe de Estado Mayor del Ejército y jefe del Gabinete Técnico deíministro de Defensa, respectivamente.
Vacantes
A lo largo de 1986, los únicos tenientes generales que pasarán a la situación B serán el propio jefe del Estado Mayor del Ejército, José María Sáenz de Tejada; el capitán general de Valladolid, Prudencio Pedrosa; el capitán general de La Coruña José Buigues, y Miguel Escribano, hoy consejero del Consejo Supremo de Justicia Militar.
Estos cuatro destinos supuestamente vacantes pueden quedar, sin embargo, reducidos a dos, ya que también en 1986, o como muy tarde en .1987, están previstas las refundiciones de las capitanías generales de Zaragoza y Barcelona en una sola región militar, y las de La Coruña y Valladolid, en otra.
A la vista de las escasas posibilidades de lograr el más alto empleo en el Ejército, en medios del departamento de Defensa se insiste en que el Gobierno, y el titutar de Defensa en particular, deben dejar de lado algunas ilógicas costumbres mantenidas todavía hoy a la hora de elegir a los tenientes generales, como preferir a los números uno de cada promoción, mantener el equilibrio de tenientes generales entre las cuatro armas y otras similares.
Por el contrario, en dichos medios se insiste en que debe elegirse directamente a los mejores en cada momento, con independencia del Arma a la que pertenezcan o las calificaciones que pudieron obtener al finalizar sus estudios en la academia.
Con respecto a los miembros de la Junta de Jefes de Estado Mayor (Jujem), el Gobierno aprobó a finales del pasado año un real decreto en el que se indicaba que los integrantes de la Jujem podrían estar al frente de sus cargos, con independencia del momento enque cumplieran la edad de paso a la situación B, durante un máximo de cuatro años. Según se explicó entonces, el espíritu de la norma consistía en que, tras cada una de las elecciones legislativas, el Gobierno nombraría una nueva Jujem para la correspondiente legislatura. Por tanto, en el Ministerio de Defensa se da por seguro que, tras las elecciones legislativas del año próximo, los cuatro miembros de la Jujem serán sustituidos.
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