Del campo a la ciudad
Una edad de unos 33 años, origen rural, con estudios primarios y soltera, son las características medias de las empleadas de hogar, según el Informe sobre la situación del servicio doméstico en España realizado para el Instituto de la Mujer en 1984 por María Angeles Sallée. El perfil medio de la empleada de hogar ha podido quedar en alguno de sus aspectos algo desfasado, ya que toma como referencia la Encuesta de Presupuestos Familiares de 1980-1981, pero se trata de los últimos datos oficialmente conocidos.La mayoría de las mujeres, que se dedican a esta ocupación tienen entre 20 y 24 años, aunque sorprende la incorporación al mercado de un porcentaje importante de mujeres que superan los 40 años. De esta forma, se puede decir que la edad media está situada en unos 33 años. La mayoría de ellas es de origen rural y nacida en poblaciones de menos de 10.000 habitantes, aunque desarrollan su trabajo en ciudades de más de 50.000 porque el servicio doméstico es un fenómeno netamente urbano. Efectivamente, la demanda es mayor en las zonas urbanas, destacando en primer lugar, Madrid, por encima de Barcelona, que ocupa el segundo lugar y el País Vasco. Por otra parte, la demanda es mayor en función del volúmen de ingresos familiares y tamaño de la familia.
El 44,9% de las empleadas de hogar ha nacido en distinta provincia a la que ejerce su trabajo, y la ocupación del padre es, en el 37% de los casos, la de agricultor.
El 41,6% tiene estudios primarios, y el 83,7% no está estudiando. La mayoría de ellas -el 61%- son solteras, y entre las casadas sobresalen las asistentas por encima de las internas. Un 26,7% de las empleadas de hogar casadas tiene a sus maridos en paro.
En cuanto a la edad en la que empezaron a trabajar, la media lo hizo a los 19 años. Más de la mitad se colocó antes de los 18 años; el 31,7%, antes de los 16, y el 10%, antes de los 14 años. El 52% no ejerció nunca otra ocupación laboral.
La mayoría de las empleadas de hogar -el 67%- tomó contacto con este trabajo a través de relaciones personales. Más del 50% lleva en la última casa entre uno y cinco años. Respecto a las asistentas, realizan su trabajo entre una y tres casas.
Las empleadas de hogar internas suelen tener una tarifa salarial más baja que las asistentas, pero la proporción de estas últimas que cobran pagas extraordinarias es mucho menor. El 71 % de las asistentas, el 48,4% de las externas y el 38% de las internas no las cobran. En cuanto a las vacaciones, el 40% de las internas disfrutó de ellas pagadas; el 33%, no pagadas, y el 22% no disfrutó vacaciones. La afiliación a la Seguridad Social es mayor entre las empleadas de hogar de más edad que entre las más jóvenes y más frecuente entre las internas que entre las externas.
El 55,5% considera buenas sus relaciones personales con el empleador, pero el 41,6%, especialmente jóvenes, no se encuentra satisfecho con su ocupación.
