Orejas fáciles para Yiyo

Yiyo ha obtenido una oreja de cada uno de sus toros. Ante dos toritos anovillados y muy flojos, el madrileño ha conseguido un triunfo sin esfuerzo, con un toreo fácil, muy técnico, perfectamente adaptado a las débiles condiciones de sus toros. Fue mejor la faena del tercero, cambiado con un picotazo, sobre todo en los ayudados por alto iniciales y los preciosos muletazos por bajo y recortes. El resto de su labor fue menos meritoria, por la falta de exposición y la ventaja en la forma de citar, siempre fuera de cacho.Antoñete no ha tenido enemigos para el toreo que sabe hacer. El maestro necesita el toro alegre y de larga embestida y ha tenido un primer toro sin fuerzas, al que ha toreado con suavidad por el pitón derecho y con el que no se ha acoplado por el izquierdo, que era el lado áspero y bronco del toro. En el cuarto, que salió dolido de una tremenda voltereta, quiso hacer el toreo de sujetar al inválido, sin conseguirlo más que en unos últimos pases con la mano izquierda, que le salieron muy templados.

Espartaco se tropezó con el peor lote. En el quinto toro se estuvo al bordo del conflicto, pues era un animal afeitado y con una herida sangrante en el lomo. El ruedo se llenó de botes de cerveza y el presidente lo envió al corral. El sobrero fue un manso con peligro, que no tenía un pase, y en el que Espartaco intentó pasarlo en todos los terrenos sin conseguirlo. El segundo, un toro sin fuerzas, y de molesto cabeceo, sólo le permitió un toreo forzado con la derecha.