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Disney pide al Gobierno 42.000 millones de pesetas en metálico y otras ayudas para instalarse en España

Walt Disney Productions pide al Gobierno la entrega en efectivo de 42.000 millones de pesetas, dentro de las ayudas por casi 100.000 millones negociadas para que instale en España su futuro parque europeo de atracciones. La aportación, compensable con el dinero que pongan los americanos en la empresa, les permitiría arriesgar poco más del 5% de los 350.000 millones de pesetas que costaría el proyecto. Junto a otros incentivos, y por la estructura de capital prevista, Disney se llevaría la mayor parte de los beneficios, además de cobrar royalties de entre el 5% y el 15% sobre la mayor parte del gasto de los 6,5 millones de visitantes anuales del complejo.

ENVIADO ESPECIAL,Las negociaciones, cuya recta final comenzará dentro de dos semanas, han sido mantenidas con la máxima reserva entre la Administración central y los directivos de Walt Disney Productions. Grupos privados españoles interesados en formar parte de la operación dicen desconocer las condiciones estudiadas por ambas partes, excepto los 90.000 millones de pesetas publicados por los medios informativos y su eventual destino. Los pocos técnicos de los ministerios que han colaborado en la preparación de informes han trabajado con papeles bajo la calificación de "secreto" o "confidencial". Por este desconocimiento, incluso algún empresario pensaba que los créditos oficiales estaban incluidos dentro de dicho total.Disney tampoco ha informado a los citados grupos españoles ni a los gobiernos autónomos de Cataluña y País Valenciano, comunidades que esperan acoger el parque en su zona. Ambos han tenido que buscar informaciones fragmentarias, según declaran fuentes de los mismos a este periódico. Sí saben que Disney prevé utilizar las empresas de su holding para montar el parque y crear la sociedad propietaria de éste con un capital social próximo a los 300 millones de dólares, equivalente a unos 50.000 millones de pesetas. Ellos pondrían en torno a la mitad y repartirían el resto en dos o tres partes, con la presencia tanto de socios españoles como de los financiadores privados del proyecto y de capital hispano-europeo. Así se aseguraría el control de la empresa, incluso sin tener el 51% de las acciones.

Estrategias negociadoras

En defensa de su reserva, los negociadores españoles esgrimen el peligro de que una indiscreción sirva para otorgar ventaja a las autoridades francesas de cara a sus proyectos alternativos en París o Aviñón. De otro lado, el silencio de Disney parece responder a una clara estrategia para optimizar los incentivos que quiere recibir como premio por crear unos 10.000 puestos de trabajo fijos y otros 30.000 inducidos. Su propósito, a juzgar por lo que ha dado a entender a otros que han tratado entablar conversaciones, pasan primero por cerrar las negociaciones con el Gobierno español de forma paralela a las mantenidas con el francés, luego concretar lo que ofrece cada autonomía y, sólo al final, negociar formalmente con los eventuales socios y financieros privados españoles.

Dentro del cuadro de ayudas en negociación que configuran las noticias recogidas por este periódico destaca la entrega de subvenciones estatales a fondo perdido por casi 42.000 millones de pesetas. Una cifra similar fue objeto de acuerdo hace varios meses, aunque entonces englobaba tanto las subvenciones en metálico como la preparación y entrega de terrenos, cuyo valor se calcularía por los costes de urbanización y por el conjunto de las infraestructuras primarias.

La inversión prevista en contrapartida (el parque de atracciones, puerto deportivo, complejo residencial con 6.000 camas y demás instalaciones en las 2.350 hectáreas de un núcleo bordeado por otras 6.000 como "zona de sombra") ascendería a unos 1.000 millones de dólares (cerca de 170.000 millones de pesetas) y sería acometida en cuatro años, para abrir el parque en 1990 con una plantilla de 5.700 empleados en temporada baja y 12.000 en la alta. De esta inversión, una quinta parte correspondería a Estados Unidos, por los servicios de estudios y proyectos que acometan la compañías paralelas a Disney, sobre todo de ingeniería y construcción. Adicionalmente, con un horizonte de diez años, la inversión se ampliaría en otros 1.000 millones de dólares.

Sin embargo, tales acuerdos han sido replanteados por Disne y en las últimas semanas, tras haber conocido la disposición de algún ayuntamiento y diputación a regalar los terrenos. En este contexto, han puesto sobre la mesa otras posibilidades. Una consiste en encargarse directamente de pagar los terrenos expropiados y no incluir el coste de las expropiaciones en los 42.000 millones de pesetas de subvención, que así serían entregados prácticamente en efectivo. Otra, en sacar también dicho coste de la subvención y buscar una fórmula de arriendo simbólico sobre los terrenos expropiados.

Otros incentivos negociados se centran, básicamente, en financiar hasta un 70% de la inversión con crédito oficial -la vía más probable sería el Banco de Crédito Hipotecario-, lo que entraña una subvención implícita de al menos un 3% sobre el tipo de interés de mercado. Estarían exentos de pagar impuestos al entregar en España los materiales y productos extranjeros necesarios para el parque. Otra exención de hasta el 95% la tendrían las licencias de obras -su tipo impositivo es del 4%- para los edificios y máquinas, cuyo coste se aproximaría a los 250.000 millones de pesetas.

Igualmente, con la ayuda de las disposiciones aprobadas en mayo por el Gobierno, las cuotas a la Seguridad Social por los empleados quedarían en un 50%. También Disney gozaría de amplias deducciones en el impuesto sobre beneficios y podría repatriarlos con grandes facilidades, al menos durante los cinco primeros años.

Todos quieren Disneylandia a cualquier precio

Desde Santa Pola, en Alicante, hasta Atmella de Mar, en Castellón, las decenas de empresarios, hoteleros y vecinos consultados por este periódico declaran que la zona donde sitúe Disney su parque europeo, al igual que la economía española en su conjunto, resultará enormemente beneficiada. Como las administraciones central y las de Cataluña y -País Valenciano, opinan que no hay que deparar en medios para aventajar a Francia.Sólo Antonio Ibáñez, propietario de un río-safari cerca de Elche y un far west en Campello, se muestra crítico: "Vienen con las maletas a que les den dinero para Revarse", dice. Aunque los empresarios interesados en asociarse con Disney carecen de información sobre las negociaciones con el Gobierno, contestan que los beneficios serían incalculables. Uno de ellos afirma que "sería miope" dejar que gane Francia. Los propietarios y directivos de hoteles están en la núsina línea.

Entre los vecinos se ha observado desinterés por la cuantía de las ayudas. Unos no piensan que los incentivos, tanto los directos como los derivados de los menores ingresos del Estado, habrá que pagarlos con impuestos, deuda pública o inflación. Otros señalan que los beneficios compensarán este esfuerzo o que, en cualquier caso, el paro necesitaría menos subsidios.

Las administraciones públicas parecen convencidas de que los beneficios se notarían en muchos kilómetros a la redonda. Disney les ha entregado un informe donde asegura que, por la experiencia de otros parques, ha mejorado la situación en un área de 100 kilómetros de radio. "Lo realmente crucial es la introducción de unas técnicas de gestión y ventas totalmente desconocidas en el empresario español" dijeron ayer fuentes del Ministerio de Turismo, Transportes y Comunicaciones.

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