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Un terrorista italiano encarcelado será padre por inseminación artificial

Juan Arias

Por primera. vez, por lo menos en la historia de Italia, un preso podrá ser padre gracias a la inseminación artificial. El acceso al citado sistema de fecundación ha sido autorizado por el Ministerio de Justicia a Marco Solimano, de 33 años, condenado a 14 años de prisión por terrorismo. Tiene pendientes aún varios procesos y se encuentra internado en la cárcel florentina de Sollicciano. La compañera de Solimano es Lucia Niccolai, de 29 años, que ha permanecido cinco años en la cárcel, de donde salió con la pena cumplida el 5 de febrero de este año.La noticia ha despertado mucho interés en Italia, cuyos ciudadanos se preguntan cuántos de los actuales 40.000 presos pedirán también acogerse a la posibilidad de tener un hijo por procedimientos artificiales. Por ahora, las autoridades penitenciarias se han limitado a manifestar que al no existir una norma, los casos que se planteen serán estudiados individualmente.

Mientras en otros países, como por ejemplo España, los presos son autorizados a mantener relaciones sexuales periódicas con sus respectivas esposas o maridos, en Italia ese tipo de contactos está rigurosamente prohibido. Por eso, algunas parejas que fueron detenidos al mismo tiempo y acusados de los mismos delitos, aunque están internados en cárceles separadas, han podido hacer el amor en alguna ocasión durante un proceso, en las jaulas, con la connivencia de los otros compañeros, que los ocultaban a la vista del público, y de los mismos guardias, que hacían la vista gorda para dejarles tranquilos.

Una pareja de reclusos de la organización Primera Línea hizo el amor durante un juicio y posteriormente la mujer dió a luz dos gemelos que fueron bautizados en la prisión por el arzobispo de Milán, cardenal Carlo María Martini.

La inseminación artificial concedida a Marco Solimano, al parecer perteneciente también a Primera Línea, ha sido posible porque la Constitución italiana defiende el derecho de los padres a la generación de los hijos.

Como la cárcel es una institución pública y dicho método de concepción está permitido en Italia sólo entre los casados, por ahora podrán gozar de dicho privilegio únicamente los presos que estén legalmente unidos en matrimonio. Como también sólo podrá usarse el semen del marido, y no el de otras personas. Lo mismo que los presos podrán dar su semen sólo a sus legítimas esposas.

Fuentes penitenciarias han insinuado que el permiso para la inseminación artificial se concederá por ahora sólo a los presos de los que se está seguro que tendrán que pasar muchos años en la cárcel. Y, por supuesto, tras haber demostrado médicamente que están sanos y no han sufrido en el pasado enfermedades graves.

El esperma de Marco Solimano será recogido durante el primer período de fecundidad de su mujer, y será transportado de la cárcel a un hospital público, donde será fecundada su mujer. Como el permiso obtenido.es para poder "engendrarun hijo", si el experimento fallara la primera vez el preso podrá probar otras veces hasta conseguir ser padre.

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