La esterilización masculina no hace daño
En la página 22, sección Sociedad, de EL PAIS del jueves 18 de julio de 1985, en la primera columna y bajo el epígrafe 'Ciencia' aparece un artículo, titulado La esterilización masculina produce problemas psicológicos, firmado por Ricardo Moreno y enviado desde Estocolmo.Ante tan sorprendente como inexacto artículo, basado solamente en 53 pacientes, al parecer incorrectamente seleccionados y/o estudiados, me veo obligado a salir al paso de dicha alarmante noticia para informar puntual y debidamente a los lectores de EL PAIS y al público en general sobre la realidad de la vasectomía y sus posibles consecuencias para la salud del hombre.
En primer lugar, y basándome en mi propia experiencia profesional sobre muchísimas vasectomías practicadas en EE UU y últimamente en España, no he visto jamás una complicación francamente adversa para la salud del hombre, ni psicológica, ni cardiovascular, ni por alteración de la coagulación sanguínea, como el autor del citado artículo recalca, especialmente si la indicación de la vasectomía se hace de forma correcta y la práctica de la misma se ejecuta con todo rigor. Ahora bien, si dicha operación se practica indiscriminadamente a un psicópata (cosa que no debería hacerse, en primer lugar), o bien a un hipertenso o cardiópata, en mi opinión tampoco se le puede achacar olímpicamente estas complicaciones a la vasectomía, puesto que ya existían previamente, aunque se las desconociera precisamente por no haberlas diagnosticado a su debido tiempo.En segundo término, existe en la literatura médica especializada al respecto una enorme y exhaustiva información, basada en muchos millones de hombres vasectomizados en diferentes países del mundo con cientos de años de seguimiento globalizados, que concuerda con los resultados obtenidos personalmente, y según quedan expuestos en el párrafo anterior.
En tercer lugar, y con relación al "arrepentimiento de muchos vasectomizados", según el autor del citado artículo, discrepa totalmente con la experiencia de los expertos norteamericanos en esta materia, la cual se basa en una población de unos 10 millones de hombres vasectomizados en EE UU en los últimos 25 años, y, según la cual, no llegan ni siquiera al 1% los hombres que, entre los 2 y 10 años después de la vasectomía, demandan su reconversión. Y a este respecto, debemos hacer constar que la inmensa mayoría no lo hace precisamente por motivos psicológicos, sino por otras razones personales, como el haber contraído nuevamente matrimonio y el deseo natural de tener hijos con su pareja.
Como nota adicional al respecto, y, a mi juicio, muy destacable, desearía añadir que la reconversión anatómica y recuperación total de la fertilidad, temporalmente hipotecada por la vasectomía, es actualmente posible en un 60% de estos casos gracias a las modernas técnicas de mierocirugía aplicadas al vaso deferente previamente seccionado, y especialmente si la reconversión se practica antes de los 10 años de haberse vasectomizado.-
. Catedrático de Urología de la Universidad Complutense de Madrid.
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