La sanidad en Cataluña

He seguido con interés el debate público que a través de los periódicos ha suscitado el estado de la sanidad catalana, la cual parece ser que no va muy boyante. Como simple espectador del acontecer diario no estoy, naturalmente, en situación de decir la última palabra en un tema tan importante y delicado como es éste; pero sí les agradecería, señor director, que publicara mi impresión en torno a este affaire.

1. Se dice que los servicios sanitarios de la Seguridad Social se traspasaron a la Generalitat insuficientemente dotados económicamente. Al respecto debo manifestar, si no estoy mal informado, que las valoraciones las establece una comisión mixta en la que la Administración autonómica tiene una representación paritaria. Por tanto, si luego resulta que el dinero recibido es insuficiente la culpa recae exclusivamente en quien aceptó en su momento tales condiciones.

2. Aun aceptando el hecho de una infravaloración, lo cierto es que el déficit que se observa es muy superior a la diferencia que se reclama. Luego es evidente que existe una parte considerable de ese déficit que es debida única y exclusivamente a una mala gestión.

3. La existencia del déficit justifica, según el Gobierno de la Generalitat, el impago de facturas y el incumplimiento de compromisos adquiridos por el Departamento de Sanidad con diversos centros hospitalarios. Aún más, el propio presidente de la Generalitat nos amenaza con una reducción de 11.000 millones en el presupuesto de sanidad. La verdad, no comprendo que en un tema tan vital para la sociedad el Gobierno del señor Pujol se desentienda del problema y no busque otras fuentes de financiación que bien que las encuentra cuando se trata de enjugar, por ejemplo, el déficit de TV3.

De todos estos hechos se desprende, a mi entender, que el Gobierno del señor Pujol quiere culpar a Madrid de una situación cuya única responsabilidad recae en la mala gestión administrativa y presupuestaria del Departamento de Sanidad que rige el conseller señor Laporte.-