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Una larga serie de intentos frustrados

Los sucesivos gobiernos, desde la muerte de Franco y en circunstancias bien distintas, han auspiciado, y en su caso mantenido, negociaciones a través de intermediarios con los grupos que practican la violencia. Los primeros antecedentes negociadores se sitúan en diciembre de 1975, cuando Manuel Fraga ocupaba el cargo de ministro de la Gobernación. Juan María Bandrés, hoy diputado por Euskadiko Ezkerra (EE); Iñaki Esnaola, en la actualidad miembro de la dirección de Herri Batasuna, y el abogado Aperribay negociaron, a través de Marcelino Oreja, el regreso de más de 400 supuestos colaboradores o activistas de las distintas ramas de ETA que permanecían refugiados en Francia, preferentemente, y que no estaban reclamados judicialmente.En los meses de mayo y junio de 1977, Juan María Bandrés negoció con el presidente Adolfo Suárez y José Manuel Otero Novas, entonces subsecretario de la Presidencia, el extrañamiento de un importante grupo de presos, entre ellos Mario Onaindía y Teo Uriarte, de la actual ejecutiva de EE, y Jokin Gorostidi e Itziar Aizpurúa, integrante de la Mesa Nacional de Herri Batasuna. En octubre de ese mismo año se produjo la amnistía, y pocos días después volvieron a abrirse las cárceles para albergar a nuevos presos de ETA.

Más información
Rafael Vera afirma que la única oferta de negociación que el Gobierno ha hecho a ETA se produjo en agosto de 1984

La tregua de ETApm

En los años siguientes, Rodolfo Martín Villa, ministro del Interior con UCD, llevó a cabo varios intentos frustrados con ETA Militar, y en febrero de 1981 ETApm se planteó la tregua tras una serie de contactos entre Mario Onaindía y Juan María Bandrés con el ministro del Interior Juan José Rosón. La negociación culminó con la excarcelación o el regreso a España de unos dos centenares de antiguos polimilis y de otros grupos armados acogidos a las medidas de reinserción. Tras la llegada de los socialistas al Gobierno, se han producido igualmente otros intentos, todos ellos frustrados, por iniciativas individuales o de partidos políticos. En la primavera de 1983 el anterior lendakari, Carlos Garaikoetxea, convocó a HB, al PSE-PSOE, y a su propio partido, el PNV, a una Mesa por la paz que ni siquiera llegó a constituirse.El pasado año, meses antes de las primeras extradiciones de presuntos miembros de ETAm a la justicia española, un representante de la Administración francesa trató infructuosamente de entrevistarse con miembros de la dirección de esa organización terrorista. Hace ahora un año, el anterior secretario general de EE, Mario Onaindía, intentó negociar a través de Herri Batasuna (HB).

Eugenio Echeveste, Antxon, uno de los máximos dirigentes de ETA Militar, el destinatario del mensaje, fue detenido en esas fechas en el País Vasco francés y expulsado de Francia. ETA Militar no dio ninguna respuesta. En agosto del año pasado, el Ministerio del Interior anunció que estaba dispuesto a negociar directamente con los etarras. ETA Militar aceptó la negociación sólo a partir de los puntos de la alternativa KAS (que incluye el derecho de autodeterminación). A finales de ese mes, Santiago Brouard y Miguel Castells (ambos de HB) viajaron a Santo Domingo para discutir la propuesta con Antxon, sin resultado conocido.

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