Niveles mínimos de contratación en la Bolsa de Madrid
La bolsa cedió 0,28 puntos en la pasada semana, que estuvo dividida en una primera parte tímidamente alcista, aunque aburrida, y una segunda netamente bajista e igualmente apática. Por sectores, banca cedió 0,55; electricidad, -1,33; construcción, -0,42; inversión mobiliaria, -1,29; químicas, -0,55, y comunicaciones, -1,30. Por el contrario, alimentación ganó 4,96 y varios +13,08.Este comportamiento bursátil ha desorientado a muchos operadores, que decidieron retirarse del mercado hasta ver la dirección que toman las cotizaciones. Y es que, al menos en teoría, los síntomas externos deberían haber impulsado los cambios al alza. Carlos Solchaga anunció las líneas generales de su política económica, que se perfilan como una continuación de la anterior. Pero, además, confirmó que las plusvalías derivadas de inversiones en capital-ríesgo gozarán de un trato fiscal favorable, así como sus deseos de continuar con el descenso de los tipos de interés. Al mismo tiempo, son positivos los pronósticos sobre la evolución del índice de precios al consumo: +0,6% en junio y +0,1% en julio, lo que permite mantener las esperanzas de finalizar el año en torno al 7,9%.
Las cifras de crecimiento económico, un aumento del producto interior bruto del 1,9% (frente al 3% inicialmente previsto y la posterior revisión al 2,5%) tampoco son malas.
Además, el dólar ha flexionado a la baja y, a pesar de su importante recuperación a finales de semana, parece que va a estabilizarse en las cotas actuales. El precio del petróleo se ha situado a 27 dólares/barril en el mercado spot, mientras que en el mercado de futuros se cotiza a 23,50 dólares para octubre de 1986. Es decir, el sentimiento de desinflación es bastante fuerte.
Los expertos consideran, por consiguiente, que a pesar de que exista una cierta incredulidad respecto a los deseos gubernamentales, la debilidad del negocio bursátil -el miércoles se conquistó el récord mínimo del año, 787,4 millones, que fue superado el jueves, con 765,3 millones- sólo puede explicarse por el pulso que la banca está echando al Gobierno a cuenta del precio del dinero. La bolsa, una vez más, paga los vidrios rotos de una pelea ajena. Por el momento, los tipos se mantuvieron estables en la última subasta de pagarés del Tesoro, lo que produjo cierta sensación de escepticismo entre los operadores.
Pero no sólo eso, la semana entrante se verá interrumpida por la fiesta de Santiago y el día 26 se cancelan las operaciones a crédito, lo que ha originado ventas anticipadas. La apatía de las grandes carteras bancarias y la prudencia de los operadores individuales se han unido para presionar conjuntamente a la baja.
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