El Senado devuelve corregida al Congreso la ley de Reforma de las Pensiones

El Senado aprobó ayer la ley de Reforma de las Pensiones, que será remitida al Congreso para la votación de las enmiendas introducidas en la Cámara alta por el Grupo Socialista. Estas modificaciones han sido inspiradas en parte por UGT, aunque no recogen la totalidad de las aspiraciones del sindicato socialista. Las nuevas enmiendas han sido votadas afirmativamente por todos los grupos de la oposición, que se manifestaron en contra del resto del articulado.

Los ponentes socialistas reconocieron en esta última sesión que la ley recorta "inicialmente" las pensiones de los actuales jubilados que, y que, aunque crecerán el próximo año, no lo harán con la misma intensidad que en los anteriores. Esta situación, aseguran, se "compensará" con la revalorización anual. Y, lo más importante, queda garantizada la pervivencia del sistema público de pensiones.El ministro de Trabajo, Joaquín Almunia, afirmó que el contencioso Gobierno-UGT no puede tomarse como "conflictividad", y dijo que "nadie puede asumir" las acciones de CC OO de ocupar lugares públicos.

El ponente del Grupo Popular, Miguel Arias Cañete, mostró su desconfianza respecto al cumplimiento de la revalorización anual. "No se dice en ningún lugar que ésta será automática; esa palabra sólo se pronunció en campaña electoral", afirmó, además de predecir que "resulta imposible" compromoterse a tal revalorización.

El artículo cuarto de esta ley establece la revalorización de las pensiones al comienzo de cada año, de acuerdo con el índice de precios al consumo (coste de la vida) previsto para dicho período. Una de las enmiendas auspiciadas por UGT complementa este artículo con el añadido de que se tendrán en cuenta las eventuales desviaciones sobre las previsiones de la inflación.

La sesión de ayer comenzó con la discusión del artículo tercero, calificado por todos los grupos como el "punto neurálgico", de la ley, al ser el que establece la base reguladora del cálculo de las pensiones. Señala un período transitorio según el cual durante el primer año de vigencia de la ley se exigirán cinco años de cotización, con revalorización de los tres primeros; en el segundo serán seis, con actualización de cuatro; y en el tercero, siete, con revalorización de cinco. "Esto es lo menos malo que rodea la ley", afirmaba el senador popular Eduardo Baselga.

Discusión sin fin

Una vez más, populares y socialistas discutieron sin fin sobre el enunciado de si esta ley recorta o no las pensiones. Para el Grupo Popular no existen dudas de que hay recorte, como también lo creen los grupos Nacionalista Vasco y Catalunya al Senat. "Hay una disminución inicial de la pensión, pero con la revalorización automática, de acuerdo con el IPC [coste de la vida], queda compensando; de ahí que no se pueda hablar de recortes", replicaba el senador socialista José Ramón Herrero Meredit.

Arias Cañete reconoció la "habilidad" del portavoz socialista en defender conjuntamente el artículo que fija la base de cálculo de las pensiones con el que establece la revalorización anual, de tal forma que le permite argumentar que los efectos negativos iniciales se suavizan con esta segunda parte. La discrepancia de los populares viene por su escepticismo respecto a que esa revalorización anual se vaya a producir. Almunia puntualizó que no se pretendía un ahorro inicial, sino asegurar la perviviencia del sistema público de pensiones.

En este apartado del ahorro, el senador del Grupo Nacionalista Vasco José Ignacio Bajo Fanlo criticó que la viuda que contraiga segundas nupcias deje de percibir la pensión del primer marido. "Aunque ahora sea esposa de un segundo, esa señora no deja de ser viuda de un primero", razonaba Bajo Fanlo. "La casada ya es casada y no viuda; es otra situación", replicó el portavoz socialista antes de rechazar la enmienda del Grupo Vasco.

Más información en la página 44