El Gobierno será selectivo en la política de autorización de nuevas inversiones extranjeras en España

El Gobierno español llevará a cabo en el futuro inmediato una política selectiva a la hora de autorizar nuevas inversiones extranjeras en España, manifestó ayer en Santander el nuevo ministro de Industria y Energía, Joan Majó, en el acto de clausura del seminario que sobre el tema Las empresas multinacionales en la sociedad actual: el horizonte del año 2000 ha tenido lugar esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).

Existe una actitud en el Gobierno de poner condiciones a la llegada de nuevas inversiones del exterior", señaló Majó, para quien toda nueva inversión directa que se autorice deberá cumplir una triple condición que esté únicamente destinada a competir en el mercado interior, de forma que sólo recibirán el visto bueno proyectos que se planteen exportar parte de su producción.

Transferir tecnología

En segundo lugar, la llegada de una nueva inversión multinacional debe suponer transferencia real de tecnología para que la filial española domine la tecnología del proceso y del producto que esté fabricando. Finalmente, el Ejecutivo español no autorizará, aunque se den las anteriores condiciones, la fabricación de cualquier tipo de producto.

Joan Majó vendió ayer en Santander esta vocación discriminatoria del Gobierno para con las futuras inversiones extranjeras como botón de muestra de independencia del Ejecutivo respecto al poder de las multinacionales, frente al ambiente extendido por el país de que España está en venta. España no es un país invadido por la inversión extranjera, aseguró el ministro, para quien "hay que desechar los temores de una tal invasión".

Majó acompañó con cifras esta argumentación. Así, durante el período 1973-1981, el ratio inversión extranjera en España/ PIB era del 0,58%, por debajo del 1,34% de Holanda, el 0,81% de Bélgica, el 0,79% del Reino Unido y del 0,91 % para el conjunto de la CEE. En 1984, sin embargo, y a consecuencia de la última avalancha del exterior, el ratio español ha pasado ya al 0,9%.

En cuanto a la inversión extranjera con respecto a la formación bruta de capital fijo, España ocupaba en 1982 el cuarto puesto, con un 2,8%, frente al 6,3% de Bélgica, el 4,4% del Reino Unido y el 3,9% de Holanda. Medida con respecto al ahorro nacional bruto, la inversión extranjera situaba a España en quinto lugar (4,9%), por detrás de Bélgica, Reino Unido, Holanda y EE UU.

Estímulo oficial

Según Joan Majó, para quien el papel de las multincionales en la economía mundial está creciendo. "España no puede estar ausente en esta estrategia comercial multinacional, porque sería una renuncia imperdonable". El Gobierno español tiene una actitud positiva al incremento de las inversiones extranjeras y, por tanto, a la presencia de empresas multinacionales en España.

Esta política de estímulo oficial se complemente con una serie de razones objetivas que hace hoy de España (costes de producción, acceso a los grandes mercados etcétera) "un polo de intensa atracción para el capital trasnacional".

Para el ministro, los estímulos a la inversión extranjera están justificados por la necesidad de incrementar la tasa de inversión. Además, la estrategia de las multinacionales entronca directamente con la política futura de su ministerio: "Adaptar nuestra capacidad de oferta a la nueva composición de la demanda, lo que es tanto decir que, después de la reconversión, aún no finalizada, hay que abordar la forma decidida de reindustrialización del aparato productivo español, problema relacionado con la entrada de nuevas tecnologías, donde la inversión multinacional debe desempeñar un papel muy importante".