España y Portugal, en el Mercado Común
Los líderes ibéricos esperan que la entrada de España y Portugal en la Comunidad Europea aporte cambios fundamentales para los dos países, dando lugar a esperanzas y preocupaciones.Funcionarios españoles y portugueses sostienen que la fuerza que ha impulsado durante años las negociaciones sobre el ingreso no era económica, sino política, basada en un ideal llamado Europa. Encaraban el ingreso como una forma de atravesar los Pirineos para fortalecer sus juveniles democracias y modernizar sus sociedades.
"Significa la culminación de una lucha de millones de españoles que han identificado libertad y democracia con integración en la Europa occidental", comentó recientemente Felipe González, el primer ministro de España.
"Todo cambiará", dijo Mario Soares, el primer ministro portugués. "Portugal será un país completamente diferente en cinco años y será mejor para los portugueses".
El tratado que admite a los dos países en la Comunidad Europea fue firmado en Madrid el 12 de junio. (...)
De acuerdo con los últimos sondeos, el tratado ha mejorado las perspectivas de González en las elecciones nacionales que se celebrarán en los próximos 16 meses.
González espera convencer a los españoles para permanecer en la OTAN. Soares, también socialista, tiene grandes problemas. El tratado le ha ayudado políticamente, pero no para borrar las divisiones de su Gabinete de coalición. Debido a estas divisiones, el Parlamento será disuelto después de que la Comunidad Europea ratifique el tratado y se celebrarán elecciones.
Pero es la significación histórica del nuevo papel de los dos países en Europa occidental lo que ocupa más fuertemente la mentalidad ibérica. (...)
Está claro, para funcionarios y economistas, que uno de los efectos inmediatos del ingreso en el Mercado Común será el alza de la inflación y el desempleo en ambos países. (...)
La integración de España en la Comunidad es más compleja. Está más industrializada que Portugal y, tiene altas tarifas aduaneras, establecidas durante el franquismo. Más de la mitad de sus exportaciones se dirigen a la Comunidad Económica Europea, con la que España tuvo un superávit comercial de 17,5 millones de dólares en el pasado año.
Se cree que el tratado afectará a las industrias españolas protegidas, como la de automóviles, aunque los industriales españoles afirman que todo depende de los términos, todavía no decididos, de las compensaciones. (...)
Funcionarios españoles y portugueses han apelado a los empresarios y a los dirigentes sindicales como solución básica para que se logre una mayor competitividad. González ha impuesto una mayor rigidez en los horarios de trabajo y ha relajado la legislación que protegía a los trabajadores del despido. Y ambos Gobiernos, aunque dirigidos por socialistas, han reducido las industrias estatales.
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