Una historia por escribir
La configuración del caso Mestre, su prolongada investigación, su sorprendente y, en apariencia, esclarecedor desenlace, sirvió para que uno de los policías que participaron activamente en las pesquisas calificara el suceso como "uno de los más espeluznantes de la historia del crimen".
Son aún muchas las personas que creen "que la historia de este asesinato aún no se ha escrito definitivamente". Esta sospecha se basa en algunas de las lagunas que todavía se pueden encontrar en el curso de las diligencias abiertas por la muerte de la esposa del industrial Enrique Salomó.
Hay quien piensa que Mayayo no actuó sólo. Los que así sospechan argumentan la perfección de los cortes aparecidos en cada una de las partes en que se troceó el cuerpo de la víctima.
Otros sostienen que el estado de congelación del cuerpo y el perfecto estado de los restos de alimentos encontrados en el estómago de la mujer, cuando le fue practicada la autopsia, hace muy dificil creer que María Teresa Mestre pudiera estar muerta desde hacía 14 largos días.
La Policía, sin embargo, está convencida de que Mayayo golpeó a María Teresa Mestre hasta matarla y que después la troceó en el lavabo de su apartamento, situado dos pisos más abajo de la casa en la que vivía la víctima.
Existen pruebas científicas, encontradas y clasificadas por los expertos policiales del Gabinete de Indentificación de la Jefatura Superior de Barcelona, en la casa de la familia Mayayo, que corroboran la resolución policial entregada al juez instructor de Reus, junto al detenido y a una confesión de culpabilidad.
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