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La imitación del proceso deductivo humano sale del laboratorio

El robot que opera el cerebro

Especialistas del hospital Long Beach Memorial de California han realizado, por primera vez en la historia de la medicina, operaciones de cerebro en las que han utilizado un robot especialmente diseñado. En tres operaciones de carácter experimental realizadas en los últimos dos meses, los médicos utilizaron un robot para calcular los ángulos y dirigir y manejar un trepanador quirúrgico y una aguja de biopsia.Los propios médicos se reservaron, sin embargo, el control de la operación, así como ejercer la presión necesaria en cada momento para penetrar en el cerebro a través del cráneo.

"El brazo robótico es mucho más seguro, rápido y menos agresivo que las actuales técnicas quirúrgicas", a ' Firma el inventor del aparato, el doctor Yik San Kwoh, director de investigación del departamento de radiología del citado hospital. Según Kwoh, la mayor precisión que se alcanza con un robot permite eliminar la necesidad de anestesia general, reducir el trauma que se produce en el cerebro y conseguir que los pacientes se reintegren a sus hogares al día siguiente de sufrir la operación de cerebro en vez de una semana después. Sin embargo, los médicos señalan que el robot es una simple ayuda para el cirujano y no puede actuar por sí solo.

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Hasta ahora el robot ha sido utilizado para obtener muestras de tejido de supuestos tumores cerebrales de difícil acceso, pero en el futuro, según Kwoh, se utilizará para drenar abcesos, implantar sustancias radiactivas en tumores, reparar vasos sanguíneos, guiar rayos láser hacia tumores o ayudar a los cirujanos a arreglar hernias de disco, ligamentos y cartílagos rotos.

La pasada semana, los médicos de Long Beach utilizaron el robot para hacer una biopsia cerebral en una mujer de 77 años de edad, en la que se había detectado algo anormal en el lóbulo occipital derecho, a unos ocho centímetros de profundidad.

A la paciente se le administró anestesia local y un ligero sedante y se le introdujo en un tomógrafo con un dispositivo especial sujeto al cráneo que permite realizar los cálculos de posición en tres dimensiones. El tomógrafo tomó 34 imágenes de rodajas del cerebro hasta que el cirujano encontró una donde se mostraba nítidamente el supuesto tumor. Éste eligió el punto donde quería realizar la biopsia y un ordenador calculó las coordenadas exactas, que fueron transmitidas al robot, sujeto a la cabeza de la paciente.

La trepanación y toma de muestras de la biopsia fueron realizadas por el robot, con la ayuda de los cirujanos, que supervisaron la operación y ejercieron la presión necesaria para llegar al punto exacto una vez la trayectoria había sido establecida, y fue repetida varias veces en una hora.

El resultado fue la confirmación de la existencia de un tumor maligno del tamaño de una avellana. El control del robot se considera necesario para evitar fallos que en este tipo de operaciones pueden ser fatales.

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