Rosendo, entre The Cure y Ramoncín
Mercedes Ferrer y Carlos Torero, en pop rock, y Sangre Azul, en rock duro, triunfaron en la octava edición del Villa de Madrid, pero la mayor parte de los espectadores acudió a los conciertos organizados. En la jornada del viernes los británicos The Cure, formación invitada para este encuentro, actuaron ante casi 7.000 personas, según los organizadores, que habían pagado 300 pesetas para entrar en el estadio de Usera. El quinteto, que demoró su salida, apareció con Robert Smith como su líder imprescindible.Smith había declarado que "no tocaba con esta nueva banda desde hace siete meses". "La actuación del grupo", añadió, "cuando sale bien es mejor que los discos. Además, ésta es la mejor formación que ha tenido The Cure. No me sorprendió que nos aplaudieran en Barcelona, porque el público siempre lo hace de primeras cuando no nos ha visto antes. Pero no ofrecimos un gran concierto, realmente porque sólo habíamos tenido cinco días para ensayar. Espero que esta tarde mejoremos".
Encuentro Música y Juventud
Actuaciones de los finalistas del V Trofeo Rock Villa de Madrid; y The Cure, Rosendo y Ramoncín como artistas invitados Estadio Román Valero. Madrid, 21 y 21 de junio.
The Cure tiene un sonido peculiar basado en esa voz grande y siniestra, en unas guitarras insistentes y unos sintetizadores aéreos. Es una banda británica que toca poco y bien, o sea, domina con habilidad un par de acordes que desarrollan y mantienen con un ritmo algo repetitivo de sus canciones. No incitan al baile rápido y desenfadado de los espectadores, sino a un vaivén continuo de sus cuerpos.
En la segunda jornada de Música y Juventud actuaron Rosendo y Ramoncín, con un aforo de cerca de 11.000 espectadores que habían comprado su entrada por 200 pesetas. Terminada la entrega de premios, muchos fieles que habían acudido corearon el nombre de Rosendo. El que fue cantante y guitarrista de Leño comenzó con algunos problemas de sonido en el instrumental Buenas noches, y poco a poco la banda y él se superaron tema por tema. La voz inconfundible de Rosendo se acompañó de poderosas notas del rock de siempre en la guitarra rítmica. Agradecido, ¡Y dale! movieron a un público que tarareaba los estribillos ya sabidos.
Ramoncín repitió durante más de dos horas y media el júbilo y la aceptación de su concierto del último Día de la Comunidad. Respaldado por un grupo disciplinado que suena con potencia, Ramoncín volvió a disfrutar de su actuación como quienes asistieron.
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