La vida en las tablas

"Lo que es para mí el teatro no lo puedo expresar con palabras. Tengo tal vocación que es mi vida. Es todo para mí. Algo que me sobrepasa", dice Núria Espert escasas horas después de saber que comparte con Fernán-Gómez el Premio Nacional de Teatro.La actriz, que dice estar interesada por toda clase de teatro, destaca su etapa en la que se consagró internacionalmente -y tambien la más polémica- la vivió artísticamente con el director argentino Víctor García, con quien montó Las criadas, de Jean Genet; Yerma, de García Lorca, y Divinas palabras, de Ramón María del Valle-Inclán. Las tres obras fueron montajes de ambición rupturista sobre textos ya considerados como clásicos del teatro contemporáneo.

Del paso de Fernán Gómez por las tablas, aunque es director de escena y dramaturgo, destacan sobre todo sus interpretaciones de obras de muy diversa índole, pero son de estilo naturalista las que más fama le han proporcionado. Algunos de sus trabajos más aplaudidos son su interpretación en El caso del señor vestido de violeta, de Miguel Mihura; en El pensamiento, de Leónidas Andreiev; en La sonata a Kreutzer, de León Tolstoi, y en El enemigo del pueblo, de lbsen. Otra peculiaridad de este actor es su carácter polifacético, ya que con la misma calidad y maestría interpreta papeles cómicos que los papeles dramáticos, más complejos y difíciles.