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La búsqueda de una solución milítar para Nicaragua puede desembocar en un Vietnam centroamericano, según De la Madrid

Declaraciones a EL PAIS del presidente de México, que mafiana inicia su visita oficial a España

Pregunta. ¿Qué supone para Centroamérica el bloqueo comercial norteamericano a Nicaragua?Respuesta. El bloqueo confirma que la situación es particularmente delicada y que nos hallamos ante un proceso de agravamiento. Nuestra tesis de que los problemas de Centroamérica no debían ubicarse en la confrontación Este Oeste, de que su clave son las condiciones de subdesarrollo económico y social, está quedando completamente desbordada. Para la Administración Reagan, todo se reduce a que Nicaragua representa el peligro de un enclave soviético en América Central dentro de aqueila tensión Este-Oeste.

P. ¿Merecen credibilidad las afirmaciones sandinistas de que quieren una postura de no alineamiento y una democracia plural con economía mixta?

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R. La realidad es que son diversos los países -y algunos, europeos- que consideraban que lo de Nicaragua era una revolución nacionalista e independiente, y que al ver su creciente dependencia respecto al bloque soviético ahora ya dudan de ello.

P. ¿Supone el bloqueo un golpe mortal para los esfuerzos del grupo de, Contadora?

R. No, porque la única solución posible para Centroamérica continúa siendo la que postulamos: una negociación diplomática seria y digna. Yo no creo que una solución militar, llámese intervención directa o llámese apoyo a las insurgencias, pueda conducir a nada. Tampoco me parece realista pensar que una intensificación de las tensiones e ingerencias pueda servir para lograr la paz, y pienso que no exageran quienes dicen que por esa vía puede producirse un Vietnam centroamericano. Además, si no se impone la negociación, se sentará un precedente de cara a las tensiones futuras.

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P. ¿Qué negociación concreta sería posible?

R. Cualquier negociación sobre Centroamérica debe atender a los problemas globales de toda la zona y a las circunstancias concretas de cada país. Respecto a lo primero, tanto Nicaragua como sus vecinos deben acordar: 1. Un cese de hostilidades. 2. Un compromiso de no apoyar a los movimientos subversivos de fuera de sus fronteras. 3. Congelar la escalada de armamentos, pues los vecinos de Nicaragua consideran que tiene un poderío militar desproporcionado, y ego también debe solucionarse.

Por otra parte, hay que conseguir que todos los países de la zona prescindan de los asesores militares extranjeros de una forma gradual y equilibrada, y que eso se haga bajo supervisión.

Por lo que respecta específicamente a Nicaragua, los sandinistas deben ser consecuentes con sus promesas de hacer una democracia plural y de respetar las libertades, así como de no alinearse con el bloque soviético.

P. ¿No es una ingenuidad pensar que los problemas de Centroamérica puedan resolverse sin esa negociación directa entre Managua y Washington que rechaza Reagan, y sin una normalización del trato entre Cuba y EE UU?

R. Dada la influencia norteamericana en la zona, considero indispensable un a negociación a fondo entre Nicaragua y la Administración Reagan. Una negociación bilateral, o un diálogo en el marco de Contadora.

Por otra parte, es verdad que Cuba también es una pieza clave. He observado que está apoyando las gestiones del grupo de Contadora, y podría esperarse de ella que respalde la negociación política, y que también,se dilúyan las sospechas de que apoya a los movimientos subversivos en América Latina. De todas maneras, ahora las relaciones entre La Habana y Washington están particularmente deterioradas, tal como hemos visto en el incidente de Radio Martí.

P. Algunos expertos consideran que la solución de los problemas centroamericanos pasa por un mayor distanciamiento y una menor ingerencia de EE UU en las cuestiones de la región. ¿Piensa usted que los norteamericanos tienen voluntad política de asumirlo?

R. Creo que lo primero que debemos plantearnos es si hay razones para esa voluntad. Y hay una y muy evidente que tiene que abrirse paso en la Administración norteamericana: es mejor, tener como vecinos a unos países estables, con un desarrollo económico y social dinámico, a tener como vecinos unos países en efervescencia que por sus conflictos económicos y sociales abran un flanco a la repercusión en ellos de todas las tensiones mundiales.

P. Europa presta una asistencia económica sólo simbólica a la zona, si se compara con las cifras que suministra EE UU. En ese contexto, ¿qué papel puede desempeñar en las actuales tensiones, que no sea meramente retórico?

R. Creo que todas las presio-nes que se hagan para forzar una salida pacífica a la crisis son muy útiles. Y en eso destaca el papel que puede desempeñar España, cuya democracia tiene una autoridad moral muy especial respecto a esta zona. En la medida en que el Gobierno de Madrid pueda seguir contribuyendo a empujar hacia el diálogo a todas las partes implicadas, estará desempeñando un papel importante. Quizá más importante que el de una ayuda económica cuantiosa.

México y el PRI

P. Dentro de México, su política de austeridad, saneamiento económico y lucha contra la corrupción se está traduciendo en un desplazamiento hacia la derecha,-hacia el Partido de Acción Nacional (PAN), de significativos sectores empresariales que anteriormente apoyaban al Partido Revolucionario Institucional (PRI).¿Estamos ante un cambio histórico del modelo basado en un partido prácticamente único?R. Es verdad que la derecha ha ido logrando apoyo en las últimas elecciones, tanto federales como municipales. Pero yo tengo la unpresión de que en las elecciones legislativas del próximo 7 de julio el PRI será capaz de mantener su ,mayoría absoluta. En realidad, el corrimiento de voto es únicamente una protesta por la dureza de la coyuntura económica.

P. En Europa consideramos anómalo ese principio no escrito que tiene el PRI de que la estabili- dad de México va ligada a su supremacía absoluta. ¿No sería posible un México democrático y estable con un planteamiento menos original?

R. Conozco la tradicional visión eurocéntrica de quienes consideran que lo que no es como en Europa no vale o no sirve. Pero creo que casi todos los conceptos son bastante más relativos de lo que consideran ustedes, y que hay diferentes definiciones de democracia, de libertad y de justicia, por ejemplo. A México le ha funcionado bien su sistema, que al principio era con un partido de Estado y que con el tiempo se ha convertido en un régimen plural con un partido dominante, lo que ya es bastante distinto.

La verdad es que el PRI es una gran confederación de fuerzas que ha logrado mantener la cohesión de los sectores mayoritarios del país, le ha dado a México un núcleo establecido de poder y le ha proporcionado medio siglo de estabilidad en muchos sentidos. Esta consideración es independiente de otra: creo que el PRI necesita modernizarse, sintonizar mejor con la sociedad. Y está en ese empeño.

La deuda de Latinoamérica

P. ¿Usted no cree que el principio de la alternancia es el que, en definitiva, da credibilidad democrática a un sistema?R. Pienso que en el seno del PRI nosotros tenemos lo que en otros países está distribuido entre dos o tres partidos diferentes. Por otra parte, yo me pregunto si, por ejemplo, en EE UU sería posible aplicar ese principio de alternancia a un tercer partido, como podría ser el Partido Comunista Americano, fuera de los republicanos y los demócratas que son, creo, esencialmente lo mismo, hasta el punto de que desde fuera cuesta trabajo distinguir las diferencias de sus plataformas políticas e incluso hay estudiosos que consideran que ese régimen equivale a uno de partido único.

Para mí, la alternancia es un principio de mecánica que no es lo fundamental de la democracia. Para mí, lo fundamental de la democracia es la incorporación de las grandes mayorías del país a los procesos políticos. Se puede dar una alternancia entre partidos oligárgicos, como ha sucedido en algunos países, y eso no es democracia. Insisto: lo esencial es la participación popular en los procesos políticos, el respeto de las libertades fundamentales y labúsqueda de, una sociedad más igualitaria.

P. El logro más importante de su mandato ha sido renegociar la deuda exterior mexicana con la banca internacional. Sin embargo, eso no modifica el hecho de que el conjunto de Latinoamérica sea globalmente insolvente. ¿Existe alguna solución para este problema?

R. La renegociación de la deuda exterior es un alivio, pero es verdad que el problema de fondo persiste. Junto a medidas de alcance nacional, como diversificar geográfica y sectorialmente los recursos- del crecimiento económico, o replantear el equilibrio campo-ciudad, hay que establecer unos esquemas de cooperación económica internacional más eficaces: hay que adoptar nuevas medidas financieras más operativas y hay que imponer unas relaciones comerciales, de política inversora y de transferencias de ciencia y tecnología, que primen a los países menos desarrollados.

P. Pero frente a la magnitud de la deuda de algunos países, ¿debe irse abriendo paso en el mundo, de una forma desapasionada, la idea de que una parte sustancial de ella no se pagará nunca?

R. El problema fundamental de la deuda externa es el pago de sus intereses. El deudor ideal es el que no cancela la deuda, pero es serio en el pago de los intereses, y lo que hay que hacer en el problema actual es encontrar fórmulas para que los países con dificultades económicas puedan seguir cumpliendo con los acreedores y no se asfixien. Me explicaré con claridad: actualmente se está pagando demasiado en concepto de interses, porque eso hipoteca la posibilidad de que los deudores tengan una recuperación económica. Y eso es lo que hay que replantear.

Por el contrario, hablar de no pagar la deuda tendría una consecuencia nefasta: el final de los créditos para los insolventes. Y los países de América Latina necesitan tanto una ayuda para pagar los intereses, como el establecimiento de nuevos flujos financieros para propiciar crecimiento económico. Y ese es el tema que debe abordar seriamente, sin ambigüedades, el mundo financiero internacional.

Las relaciones con España

P. Las medidas que aplica México para sanear su economía han frenado las exportaciones españolas, y la balanza comercial está muy desequilibrada. ¿Qué posibilidad hay de que México reemprenda la compra de barcos, aviones y suministros industriales españoles para enderezar esta situación?R. Para ser franco, a corto plazo será imposible recuperar el equi.librio de intercambios que existía hace cuatro años. Nuestra economía todavía no tiene un rítmo de crecimiento normal, y aún no podemos abrirnos a las importaciones. Pero el tipo de compras que usted apunta sí que será posible a medio plazo, y en Madrid expondré a las autoridades españolas que México tiene una firme voluntad política de restablecer el nivel de intercambios que tuvimos entre 1977 y 1981, cuando nuestro comercio se multiplicó por 10.

P. De todas maneras, el ingreso en la CEE obliga a que sea precisamente ahora cuando deben definirse las futuras relaciones comercíales españolas...

R. Soy de los que consideran que España se está modernizando económicamente -también conajustes muy severos, pero decididos-, y que se convertirá en oferente de cierto tipo de cosas, principalmente bienes de capital y tecnologías avanzadas, que mejorarán sus expectativas comerciales. México espera, precisamente, que a partir de ahora España sea más competitiva frente al resto de las potencias europeas, pues eso le abrirá nuevas y múltiples posibilidades en toda América Latina.

P. ¿Qué otros temas lleva en su agenda para las conversaciones con el rey Juan Carlos y el presidente Felipe González?

R. Las visitas de Estado tienen el objetivo de reforzar el clima de cooperación, aunque eso a veces no se traduzca en resultados específicos a corto plazo. De mi viaje por Europa, y especialmente de la estancia en Madrid y Barcelona, lo que deseo precisamente es estrechar lazos y aumentar la comprensión de los problemas mutuos. Eso luego se traducirá, a través de los canales diplomáticos normales y del mundo de los negocios, en muchas cosas concretas.

Sin embargo, no es un secreto que espero tratar específicamente sobre el desarme, la necesidad de realizar un ajuste del orden económico internacional y la conveniencia de dar un nuevo impulso al díálogo entre los países industrializados y los que se hallan en vías de desarrollo. También, aprovechando nuestra sensibilidad común respecto ala pacificación de Centroamérica, espero examinar con el presidente González los problemas de la zona.

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