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Reportaje:

Las nuevas empresas

94 industrias asociadas en la Federación de Sociedades Laborales de Cataluña facturaron 30.000 millones de pesetas en 1984

"Quedamos seis. Cada uno de nosotros ha solicitado un préstamo personal a la clja de ahorros de un millón de pesetas para comprar hilo y otras materias y poder seguir trabajando". De tal situación se lamentaba el nuevo gerente -antes encargado- de Velutex, SAL, en Terrassa, donde la tercera parte.de la plantilla, al cerrarse la empresa, decidió continuar adelante por su cuenta. Esta industria textil, única en su género en España, cuenta con 10 grandes telares de origen belga, cuyo complicadísimo funcionamiento y diseño, permite producir tapizados de alta calidad en terciopelo de modo prácticamente artesanal.Desmontados, los telares no valdrían nada, ni siquiera para los subasteros que frecuentan los embargos de esta naturaleza en juzgados y magistraturas de Trabajo. En uso, los seis supervivientes de Velutex, confian en ellos como su fuente de trabajo asociado y de ingresos en el futuro. La plantilla de Velutex "quiere ir por lo legal, nada de economía sumergida". Para eso, dicen, está lo del plan ZUR, los fondos del AES y otras medidas que ha anunciado el Gobierno. Cuentan, con orgullo, que van a crear seis puestos de trabajo y que esto, afirman, es de verdad luchar contra el paro.

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Velutex se encuentra en esa fase, conocida entre los profesionales del trabajo asociado en sus tres modalidades (cooperativas, sociedades anónimas laborales y empresas de iniciativa local) como período de guerra. Se trata de un auténtico trauma, vivido en el paso de una forma a otra de organización del trabajo, al reconvertirse la propiedad de una empresa. En este trance, las cosas no son nunca fáciles. La financiación inicial -piedra de toque para todas estas experiencias- ha acabado, en este caso, de la mano de un simple préstamo personal, a muy alto interés y con la asunción de un riesgo personal al que no se compromete cualquier otro tipo de sociedad anónima. Aunque actualmente pueden contabilizarse más de 20 diversos tipos de medidas de fomento al empleo, la Administración continúa actuando con extrema lentitud para desarrollar iniciativas de estímulo a la creación de empresas.

Para Armand Vilaplana, presidente de la FESALC (Federación de Sociedades Anónimas Laborales de Cataluña), "no existe en España, en realidad, una verdadera política de empleo, sino que se dan numerosas medidas administrativas y, en la práctica, mucho miedo para aplicarlas". La falta de apoyo efectivo de la Administración hacia las iniciativas de trabajo asocíado ha resultado más patente, paradójicamente, este año, en cuyos primeros cinco meses no ha sido concedido todavía ni un solo crédito por el Banco de Crédito Industrial, al que han sido traspasados los antiguos fondos para este ámbito del Fondo Nacional de Protección al Trabajo. Otro tanto ocurre con los proyectos del fondo de solidaridad del AES, dotado con 60.000 millones de pesetas. Ni un solo proyecto tiene todavía luz verde en Cataluña y las solicitudes presentadas no alcanzan a 30.

Consolidarse mediante la unidad

La FESALC celebra su primer congreso los días 13 y 14 de junio. Fue constituida en Barcelona en 1982 y durante sus dos años de existencia ha consolidado un importante volumen de trabajo asociado en Cataluña. Esta organización cuenta, en su activo, con una plantilla global de 6.385 trabajadores, 94 empresas y un volumen de facturación de 29.960 millones de pesetas en 1984. El sector más importante es el del metal, en el que se agrupan 2.406 trabajadores en 43 empresas. El textil y la química cuentan, respectivamente, con 1.892 y 1.120 trabajadores, respectivarnente. La facturación media por trabajador ascendió el pasado afloa 4,7 millones de pesetas. Destaca, como cifra comparativa, el hecho de que en 1982, antes de constituirse la FESALC, 41 empresas con 4.000 trabajadores llegaron a facturar 9.000 millones de pesetas. Ello, significa un incremento de productividad notable, que ha caracterizado el último período como la consolidación para un número importante de estas empresas.Su pasivo se compone, en el terreno de las dificultades, de un rosario de trabas financieras y administrativas. Para alguna de estas empresas, como la textil Manufacturas Nic, de Badalona, la experiencia resultó sudor, lágrimas y poco menos que sangre en las disputas entre trabajadores. Muchas otras, como la histórica Elsa, del vidrio; Mikron, fabricante de maquinaria eléctrica para grandes cadenas de automoción; Propack, de artes gráficas; Colonia Rosal, del textil; o Tam Kobo, del metal, son hoy mucho más que una aventura incipiente: han creado y mantenido la mayor parte del empleo que representan y han alcanzado, en el mercado, un nivel de competitividad suficiente para no ser barridas por la crisis.

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