El Gobierno tiene intención de mantener a España en la OTAN aunque pierda el referéndum

España permanecerá en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) aunque el Gobierno perdiese el referéndum prometido sobre esta materia en su programa, según se deduce de la estrategia expuesta a puerta cerrada por el presidente Felipe González, el pasado lunes, ante más de SM cuadros y dirigentes de la Federación Socialista Madrileña, reunidos en la Casa de la Cultura de Móstoles. El Gobierno y el partido harán todo lo posible por conseguir una mayoría favorable a sus tesis en el futuro referéndum, pero no se va a producir ninguna dramatización de los resultados si vence la opción contraria. Tanto en uno como en otro caso se convocarán de inmediato elecciones legislativas en las que el PSOE está convencido de que volverá a obtener un respaldo mayoritario y, por tanto, una ratificación de su política respecto de la OTAN.

El presidente González, según fuentes del partido, expuso en Móstoles que el referéndum sobre la OTAN se celebrará con toda seguridad y que se ajustará en su carácter y vinculaciones a lo dispuesto por la Constitución. Ésta, en su artículo 92, punto 1, atribuye a los referendos un carácter meramente consultivo y circunscribe esta consulta a las "decisiones políticas de especial trascendencia". La Constitución, a juicio de los socialistas, excluye expresamente cualquier plebiscito sobre política fiscal o política de defensa. De ahí que la campaña a favor del sí se vaya a centrar prioritariamente sobre las dimensiones políticas de la pertenencia o no a la OTAN, las repercusiones para el papel de España en la esfera de las relaciones internacionales, y no sobre la política de defensa.Las distintas encuestas de opinión barajadas por el Gobierno y el partido favorecen estos planteamientos. Cuando la consulta se realiza desde una óptica política de relaciones internacionales, la respuesta es mucho más favorable a las tesis del Gobierno que cuando se plantea el dilema en términos de defensa y seguridad. En este caso, según fuentes socialistas, funciona un mecanismo de opciones personales, y en este terreno se producen opiniones contrarias a las armas y al servicio militar que no se producen cuando la pregunta se plantea como una cuestión política.

Dos consultas

El ciudadano sólo responde en términos políticos en las elecciones legislativas, mientras que en las demás consultas suele pronunciarse desde opciones personales, añaden estas fuentes. De ahí que la cuestión de la OTAN se plantee ya en el PSOE como una doble consulta: referéndum, primero, y elecciones legislativas, después. En los referendos, la participación siempre es mucho menor que en las elecciones legislativas, explican las citadas fuentes, de ahí que aun en el caso de una respuesta contraria a los deseos del Gobierno ("pongamos un 40% de votos contrarios con una participación del 50% al 60%, del censo"), esta opción puede quedar desvirtuada si luego en elecciones legislativas, en las que suele participar entre el 80% y el 90% de la población con derecho a voto, el Gobierno ve refrendada su labor por una mayoría amplia de los ciudadanos.

No obstante, y aunque las encuestas de opinión que maneja el Gobierno y el PSOE sobre el tema de la OTAN les dan resultados muy ajustados e inciertos para sus tesis de permanencia en la Alianza, Felipe González expuso al medio millar de militantes socialistas reunidos en Móstoles que el Gobierno y el partido deben dar la batalla en el referéndum y que se puede ganar. Pero que si se pierde, se aceptarán los resultados y el desgaste político que pueda suponer y nada más. Sin dramatismos ni tragedias, según las fuentes socialistas. La cuestión OTAN volverá a refrendarse en las elecciones legislativas, "y en una consulta política, donde lo racional prima sobre lo emocional, la mayor parte de las fuerzas prosalida de la Alianza Atlántica son marginales".

El presidente del Gobierno, Felipe González, en la reunión a puerta cerrada de Móstoles, insistió en que el referéndum no debe plantearse desde una posición maximalista de "se gana o se pierde todo". Que no se va a caer en esa tentación o en esa trampa. Que la postura debe ser gradualista, y que en ningún caso se va a presionar al ciudadano a favor de las tesis del Gobierno, sino que se deberá tratar de situarle en condiciones de decidir sobre un problema político del Estado y alejarle de una interpretación simplista del referéndum como una cuestión de preferencias personales.

Se trataría de decir al electorado, precisan las fuentes citadas, que a los socialistas tampoco les gusta personalmente estar en la OTAN, pero que para los intereses de España es conveniente que permanezcamos como hasta ahora, sin integrarnos en la estructura militar, en el seno de la Alianza Atlántica.

El presidente insistió también, en la reunión de Móstoles, en que la pregunta será clara y concisa, y que en ningún caso van a repetirse los errores de UCD en el referéndum de Andalucía sobre la vía de acceso de esta región a su estatuto de autonomía.

También se dijo en Móstoles que la OTAN, según las encuestas de opinión, no figura entre las preocupaciones prioritarias de los españoles, que se centran fundamentalmente en el paro y la inseguridad ciudadana, y que no hay que hacer por ello de la Alianza Atlántica el tema rey de la política del Gobierno y del partido socialisia.