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Khol y Mitterrand insisten en potenciar la unidad europea, a pesar de sus diferencias sobre la 'guerra de las galaxias'

Soledad Gallego-Díaz

Francia y la República Federal de Alemania están de acuerdo en impulsar la construcción de Europa, aunque persisten sus diferencias sobre la Iniciativa de Defensa Estratégica o guerra de las galaxias. El canciller federal, Helmut Khol, no consiguió ayer, tras cuatro horas de conversaciones con el presidente francés, François Mitterrand, cambiar la opinión de Francia respecto a su participación en el programa norteamericano. La entrevista fue, sin embargo, fructífera en los otros puntos de la agenda.

Tanto Mitterrand como Khol se mostraron convencidos de que es vital el proyecto francés Eureka, para la creación de una Europa tecnológica, y están dispuestos a hacer todo lo posible para que la próxima cumbre de la CEE en Milán suponga la potenciación de la unidad política del Mercado Común. "La amistad francoalemana está por encima de cualquier diferencia circunstancial, porque sin ella Europa no existiría", afirmó Mitterrand.La entrevista entre los dos políticos, que se celebró en una antigua abadía, hoy hotel, en Constanza, con vistas a un maravilloso lago, estaba rodeada de una enorme expectación. En las tres últimas semanas pareció que las relaciones entre París y Bonn atravesaban una fase dificil. Mitterrand y Kohl tenían serias diferencias sobre la participación europea en la guerra de las galaxias y se temía que este enfriamiento de relaciones repercutiera en las futuras iniciativas para la potenciación de la Europa comunitaria, ardientemente deseada por el presidente francés.

El encuentro de ayer ha servido, al menos, para disipar esos temores. Khol y Miterrand están de acuerdo en algo fundamental: de ellos depende la construcción de Europa y están dispuestos a arrimar el hombro.

"Esta reunión ha sido muy oportuna", explicó el canciller alemán, "porque se celebra en plena etapa preparatoria de la cumbre de Milán. Ha habido y seguirá habiendo contactos para que hagamos avanzar la integración política de Europa, la Europa de los ciudadanos la Europa cotidiana, que nosotros deseamos". Khol recordó que ha mantenido entrevistas en este mismo sentido con la primera ministra británica, Margaret Thatcher, y con el italiano Bettino Craxi.

"Hemos hablado extensamente del proyecto Eureka", añadió Helmut Kohl, "porque estamos convencidos de que responde a una necesidad vital de Europa para hace frente a los avances tecnológicos de Estados Unidos y Japón". El canciller anunció que dentro de 15 días se reunirán los ministros de investigación de los dos países y que se creará un grupo de expertos destinado a detallar programas concretos. Estas reuniones se completarán con los encuentros que mantendrán los ministros de Defensa y de Asuntos Exteriores, ya anunciados durante la visita de Hans-Dietrich Genscher a París.

La Europa de la tecnología

Portavoces de la Administración francesa consideraron que la acogida de Kohl al plan Eureka era ampliamente satisfactoria y que la cumbre de Milán podría resultar decisiva para la aparición de una auténtica Europa de tecnología. "Nos jugamos el futuro de nuestro continente y parece que todos estamos de acuerdo en que hay que hacer un esfuerzo para,que Estados Unidos y Japón no se lleven a nuestros científicos y técnicos", explicaron.Kohl estima que Eureka es perfectamente compatible con la participación en la Iniciativa de Defensa Estratégica y así se lo ha vuelto a decir a Mitterrand. Bonn desea no alejarse demasiado de Francia en ese campo, para no dar más argumentos a sus movimientos pacifistas.

Helmut Khol no consiguió, sin embargo, que Mitterrand diera su brazo a torcer, al menos cara a la opinión pública. El presidente francés no tuvo empacho en recordar que no ha cambiado de opinión y que Bonn tiene "puntos de vista diferentes". Sin embargo, Mitterrand ha hecho un gesto cuyas consecuencias no se pueden todavía valorar: ha aceptado que expertos franceses y alemanes viajen juntos a Washington "para ver en qué, medida se dan las condiciones para que se produzca la cooperación propuesta por Estados Unidos", según explicó el propio Kohl. En definitiva, París no ha cerrado completamente la puerta, aunque mantenga todas sus objeciones de principio. Según se desarrollen los trabajos de este grupo de expertos, los dos líderes se volverán a reunir para discutir posibles posturas comunes.

"En todas las circunstancias nuestros intereses pueden no ser idénticos", afirmó con una sonrisa Mitterrad, "pero en todo caso siempre hay un punto común: Europa". Los dos políticos insistieron una y otra vez en su voluntad de mantener contra viento y marea el eje París-Bonn: "Queremos construir Europa y nuestra amistad es el elemento esencial para ello", dijo el presidente francés. "El éxito de Milán depende en buena parte de nuestros dos países. La amistad entre Francia y la República Federal de Alemania es el elemento indispensable para el futuro de nuestra comunidad y estamos dispuestos a seguir profundizándola", agregó Kohl.

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