El tabaco y otros males
Su editorial sobre El miedo y el placer, publicado el domingo 12 de mayo, me induce a hacer una serie de consideraciones, que espero que por una vez tengan el privilegio de contar con el beneplácito del responsable de la sección Cartas al Director. En primer lugar, es totalmente inexacto el decir que la enfermedad del legionario se relaciona con la sexualidad. ¿No estarán confundiendo inmunodeprimidos con homosexuales? Los informes extraordinarios sobre los anticonceptivos orales se limitan, en síntesis, a afirmar que su uso no está exento de peligros, siendo éstos más probables en pacientes fumadores y mayores de 35 años.Luego hacen un batiburrillo sobre la colza, el tabaco, los accidentes de tráfico y aéreos, al que no le falta la guinda demagógica del pobre patibulario, para llevar al lector a unas reflexiones simplonas sobre la vida y la muerte y la prolongación y calidad de la vida.
Espero que cuando hablan de estos temas sea el nulo asesoramiento médico del que hacen gala el responsable de sus superficiales afirmaciones, repetidas en varias ocasiones cuando tocan el tema del tabaco. Si no fuera así, creo que estamos en la línea de actuación denunciada por el doctor Bailey cuando trata la epidemiología del cáncer de pulmón en el Reino Unido, quien afirma que algunos Gobiernos "permiten a los ciudadanos fumar hasta morir para así no tener que cuidarlos cuando se hagan viejos".
Ruego disculpen la dureza de estas líneas, pero espero que con ellas reflexionen sobre lo irresponsable que puede ser el mezclar conceptos de salud con falsos aires de libertad malentendida.-
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