En defensa de la Guardia Civil
No deja de ser prueba del mayor cinismo y descaro el calificativo de independiente que encabeza ese diario, a la vista del trato parcial, subjetivo y ofensivo que emplea en el tratamiento que dispensa a la Guardia Civil.En nuestro ordenamiento jurídico, todo delito necesita ser juzgado y su sentencia hacerse firme para ser calificado como tal, siendo con anterioridad a ese momento supuesto o hipotético.
Con frecuencia alude a los etarras y a sus asesinatos empleando siempre la preceptiva calificación de "supuestos etarras" o "supuestos asesinos".
Empero, en el editorial de EL PAÍS correspondiente al día 9 de mayo de 1985 titulado Punto... y seguido, erigiéndose en juez, califica, sin más, de homicida al autor de los disparos que causaron la muerte de un joven, negándole el derecho constitucional que reconoce la presunción de inocencia y usurpando el terreno de los jueces y tribunales, que son quienes en definitiva tienen la competencia para calificar el hecho. Les resultaría muy interesante a los firmantes conocer los motivos de la aversión de ese periódico a casi todo lo relacionado con la Guardia Civil.-
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