Los barrenderos llenan cada día decenas de camiones con los desperdicios de las verbenas
MAITE NIETO, La otra cara de las fiestas de Madrid son las cantidades ingentes de desperdicios que quedan cada día sobre los jardines y parques que sirven de escenario a verbenas y conciertos nocturnos. Desde las siete de la mañana, equipos del personal de limpieza del Ayuntamiento trabajan más de ocho horas para retirar los residuos, recuerdo de la presencia de decenas de miles de personas en una noche de marcha. Las botellas, papeles y plásticos que se recogen sólo en el paseo de Camoens llenan todos los días unos 20 camiones, mientras los 140 contenedores y las papeleras generosamente distribuidas en el paseo aparecen casi vacíos.
Los madrugadores, vestidos con el uniforme de hacer deporte, y algún estudiante despistado que decide sobre la marcha hacer novillos y darse un paseo por el parque del Oeste miran a su alrededor con cara de asombro como si fuera la primera vez que vieran la hierba y los árboles del parque. Y no son precisamente las vallas metálicas y el enorme escenario instalado al final del paseo de Camoens lo que llama la atención, sino las botellas, los vasos de plástico, los cristales y las colillas que inundan lo que días antes era una pradera. Un pequeño ejército de empleados del servicio de limpieza municipal armado con, rastrillos, palas y carretillas recoge los desperdicios y trata de poner orden en un jardín que, mientras duren las fiestas, volverá a convertirse en provisional basurero a la mañana siguiente.El director general de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, Jorge Tinas, afirma que "todo estaba previsto y por eso se han adoptado medidas especiales para asegurar la limpieza de las zonas donde se están celebrando la mayoría de los actos de San Isidro". En los distritos de Centro, Arganzuela y Moncloa, 75 personas han reforzado los efectivos habitualmente encargados de la limpieza y se han distribuido más de 140 contenedores de basura en los alrededores del paseo de Camoens y los jardines de las Vistillas.
La basura, desborda
"A pesar de todo", reconoce Tinas, "hay puntos en los que la rapidez con que se acumula la basura desborda a los servicios de limpieza y conservación de jardines". Según los responsables de esta operación de limpieza especial, cada día se llenan unos 20 camiones de recogida de basura. "Después de ocho horas de trabajo sin parar" explica un barrendero, "todavía quedan algunas latas y botellas debajo de los arbustos y cantidad de vidrios rotos entre la hierba que es casi imposible recoger". Contenedores y papeleras parecen meros objetos decorativos, pues amanecen vacíos.
Tinas afirma que en los jardines no se producen daños de gran importancia. "Es más un efecto estético", añade, "que destrozo de las zonas verdes".
A pesar de esta afirmación, pocos días después de haberse iniciado las fiestas la hierba de los alrededores de la zona donde se desarrollan los espectáculos en el parque del Oeste ya no merece ese nombre y las ramas rotas de arbustos y árboles son habituales entre los desperdicios.
No falta quien encuentra en la acumulación de desperdicios una ocupación lucrativa. Antes de que lleguen los empleados municipales, cada mañana, grupos de traperos recorren los jardines con furgonetas que cargan cartones, cascos de vidrio y todo lo que parece susceptible de proporcionar un beneficio, por pequeño que sea.
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