Boyer cifra el paro en tres millones de personas y anuncia que continuará la moderación salarial

GUSTAVO MATÍAS, "Estamos en los tres millones de parados y no está próxima la solución" dijo ayer el ministro de Economía, Miguel Boyer, ante el Pleno del Congreso de Diputados, donde anunció que continuará la política de moderación de salarios y de Seguridad Social. La cifra indicada y la reiteración de que "el Gobierno no está satisfecho" fueron las únicas concesiones del superministro a las críticas de la oposición durante el debate del decreto-ley para animar el consumo y la inversión, convalidado por los votos socialistas y del PNV. Centristas y comunistas votaron en contra. Se abstuvieron el Grupo Popular y la Minoría Catalana.

Excepto el portavoz comunista, toda la oposición sugirió de alguna forma que había propuesto hace tiempo iniciativas similares. Quienes lo dijeron con mayor claridad -el Grupo Popular y la Minoría Catana- añadieron que el Gobierno rectifica así su política económica, aunque el paquete llega tarde y es insuficiente para compensar la caída de la actividad. El CDS calificó algunas medidas de regresivas y el grupo centrista resaltó que ahora se practica lo que el PSOE criticaba desde la oposición. Hubo 169 votos a favor, 7 en contra y 70 abstenciones.En su exposición -luego dio tres turnos de respuesta al Grupo Popular y uno conjunto para el resto-, Miguel Boyer señaló tres finalidades para el paquete: estimular el consumo privado con la baja de 107.000 millones de pesetas en las retenciones sobre la renta (ya en vigor por decreto y que será consolidada con la reducción de tarifa); flexibilizar la economía para que genere más inversión y empleo, mediante reducciones de impuestos y otros cambios legales que requerían el decreto ley en debate (véase cuadro adjunto); y fomentar el empleo juvenil y la formación profesional.

Presión fiscal estancada

Además de defender que la economía española se ha ajustado y que los grandes objetivos se mantienen, Miguel Boyer justificó el decreto ley en que se ha detenido el crecimiento de EE UU y de otras economías occidentales. Insistió en que el aumento del déficit derivado del mismo será mínimo, pues la actividad y el empleo que generará elevarán los ingresos fiscales. No obstante, reiteró el 2,5% como objetivo de crecimiento para este año, "más bajo que el 3% inicial, pero superior al que se obtendría sin decreto ley".

Al hablar de los ajustes, reveló que en 1984 no aumentó la presión fiscal [había presupuestado casi un punto de subida], pese a que el déficit de las administraciones públicas bajó del 5,3% al 4,8% del Producto Interior Bruto. Fue del 32,7%, porque el incremento de medio punto en el Estado lo anuló la baja del 13,2% al 12,7% en las cotizaciones a la Seguridad Social. Anticipó también que, en los cuatro primeros meses del año, la diferencia entre ingresos y gastos ha sido sólo negativa para el Estado en 359.000 millones de pesetas, un 53% menos que en 1984. Por ello, comentó que, si bien el déficit sigue siendo junto a los precios y el empleo uno de los objetivos, no preocupa tanto actualmente.

En cambio, el portavoz de la oposición conservadora, Rodrigo Rato, afirmó que la economía "está parada", pero no porque ahora el entorno sea difícil, sino porque el Gobierno ha desaprovechado dos años buenos, empeñado en aplicar como única solución la baja de salarios y la subida de impuestos. Frente a los datos globales de Boyer, precisó que los impuestos directos (sobre el ingreso) han crecido más del doble que la remuneración de los asalariados: 31,6% y 16,8% en 1983, y 21,5% y 7% en 1984. Agregó que los precios terminarán este año en el 9,5% o 10% y habrá 250.000 parados más. Todo para juzgar cortas cada una de las medidas.

El ministro le contestó que el crecimiento económico de 1984 ha sido del 2,2%, "exactamente igual que el promedio europeo", que para el presente año se espera del 2,3%. Sin embargo, afirmó que "tenemos un problema pavoroso de paro. Estamos en tres millones, con más del 50% entre los jóvenes", y que "no está próxima una solución". Pero la estrategia seguirá siendo moderar los costes del trabajo, de la Seguridad Social y reconvertir.

Entre las intervenciones de otros grupos, Pérez Royo (PCE) dijo que el Gobierno se rinde con estas medidas "a la propaganda de la derecha". Rodríguez Sahagún (CDS), que los escasos logros han tenido "costes exagerados". Olarte (PNV) anunció el voto favorable, tras advertir que el "Gobierno ha corregido el rumbo".

Miguel Roca (Minoría Catalana) afirmó que la libertad de horarios comerciales será nula de pleno derecho por afectar a la Constitución, y criticó la dualidad de economías a la que se tiende (una inflexible y otra incentivada o sumergida).

El portavoz socialista (Abel Caballero) se limitó a elogiar los ajustes alcanzados. Varios diputados del mismo grupo comentaron tras la sesión que Boyer se había excedido al hablar del paro, pues los últimos datos oficíales siguen en 2,6 y 2,85 millones y quizá se noten pronto las medidas para el empleo juvenil y la formación profesional.