Enzensberger considera al 'Bild Zeitung' "un James Joyce para las masas"
Hans Magnus Enzensberger, que acaba de publicar en España El filántropo, una obra de teatro sobre Diderot, está realizando un viaje por la Península para un futuro libro de reportajes sobre Europa. Enzensberger acaba de realizar un estudio sobre el diario sensacionalista alemán Bild Zeitung, y afirma que es "un James Joyce para las masas; les ofrece una imagen del mundo discontinua, un collage".
"Kierkegaard era un reaccionario", explica Hans Magnus Enzensberger al hablar de su estudio sobre el diario Bild Zeitung, "pero su reflexión sobre la libertad de Prensa es profunda. Es consciente de que es algo por lo que luchar, algo indispensable en un régimen democrático, pero también de que no es la maravilla que habían proyectado los ilustrados; es algo que pesa, algo que hay que soportar". El último estudio llevado a cabo por Enzenseberger sobre medios de comunicación se centra en el diario de la República Federal de Alemania de mayor difusión, más de cinco millones de ejemplares.Se trata de un estudio muy distinto del que planteara para su texto El periodismo o la danza de los huevos, centrado en el Frankfurter Allgemaine Zeitung. "En esta ocasión me ha interesado también la cuestión estética por encima de los contenidos.
La conclusión es que se trata de un diario que viene a ser como James Joyce para las masas. Ofrece una imagen del mundo totalmente discontínua, una especie de collage diario".
Intelectuales y cómicos
Precisamente estos días ha sido publicada su última obra de teatro, El filántropo -una reflexión sobre el papel de los intelectuales a partir de la figura de Diderot-, a la vez que se reeditan dos de sus libros más conocidos: el conjunto de textos agrupados bajo el título de Detalles e Interrogatorio en La Habana. El filántropo es una reflexión sobre los intelectuales y su papel en la sociedad. "La verdad", opina, "es que los intelectuales han venido jugando un papel tragicocómico, e incluso cómico.
El intelectual se reconoce, siempre como héroe, como mártir, pero en realidad, las contradicciones internas que lo atraviesan le hacen jugar un papel muy distinto, cómico, lo que no quiere decir que sea un papel sin importancia.
El héroe y el cómico son las dos caras de la misma moneda, sólo que la segunda cara sale, en nuestras condiciones actuales, en muchas más ocasiones".
La obra se ha representado en Berlín y está en proceso de montaje en otros países europeos. Enzensberger no se siente del todo satisfecho con los resultados: "Primero, porque los autores se preocupaban más de su papel que de la obra y sólo por decirla en voz alta, una palabra no tiene más fuerza; en segundo lugar, poque algunos críticos han dicho que era una obra posmoderna. Es una expresión ridícula.. A toda palabra puede ponérsele el prefijo pos y así puede uno acabar fumándose un pospuro. Son trucos mercantiles, se le llama así a las cosas para venderlas como nuevas. A mí no me gusta la etiqueta".
La diferencia de esta obra con su producción anterior la explica así: "Cada proyecto requiere una forma distinta. No creo en un estilo personal que se repite en una y otra obra. Para cada caso intento buscar la estética que más me sirva. Lo que si acepto es que hay obsesiones que reaparecen constantemente en el escritor. Eso es lo que puede conferir continuidad una obra. Obsesiones más fuerte que la propia voluntad".
Ezensberger viajó por primer vez a España cuando tenía 20 año para investigar sobre Durruti. "Ya entonces yo estaba obsesionado por la guerra civil española". Con posterioridad, trabó amistad con un grupo de intelectuales barceloneses -Josep Maria Castellet, Carlos Barral, etcétera- al formar parte del jurado del Premio Formentor. Desde entonces su relación con Cataluña en particular, y España en general, no ha dejado de ser constante.
Ahora proyecta un libro sobre Europa y España será algo más que un capítulo. De momento son notas y más notas. Uno de los diarios interesados en la nueva aven tura de Enzensberger es EL PAlS, pero él, sobre esto, prefiere guardar un discreto silencio.
Babelia
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