El nuevo aeropuerto de las Malvinas garantiza la inmediata llegada de refuerzos británicos
Las Malvinas cuentan desde ayer con un nuevo aeropuerto que permitirá al Gobierno británico la reducción de la actual guarnición militar de las islas al asegurar la llegada de refuerzos desde el Reino Unido en un tiempo récord en el caso de un nuevo conflicto con Argentina.La inauguración estuvo presidida por el príncipe Andrés (hijo segundo de la Reina Isabel de Inglaterra), que en la actualidad presta sus servicios como piloto de helicópteros en una escuadrilla de fragatas destinada en las islas. La representación política estaba encabezada por el ministro de Defensa, Michael Heseltine, al frente de una delegación de parlamentarios de las dos cámaras.
El aeropuerto, con una pista de más de 3.000 metros de longitud, permitirá el aterrizaje de los gigantescos jumbos -747 y Tri-Star, lo que asegura el envío de refuerzos desde las bases de las islas Británicas en menos de 20 horas, con una escala en la isla de Ascensión. Hace innecesaria la costosa operación de aprovisionamiento en el aire de los aviones de transporte Hércules, utilizados en la actualidad, y cuya factura anual de 60 millones de libras (unos 12.000 millones de pesetas) quedará reducida a la mitad.
El coste del nuevo aeropuerto, instalado en Mount Pleasant, entre la capital, Sport Stanley, y la localidad de Goose Green, famosa por el desembarco realizado por los marines británicos durante la guerra de las Malvinas, ha sido de 276 millones de libras (unos 55.200 millones de pesetas). La cantidad total que el Reino Unido desembolsará cuando todas las instalaciones estén terminadas en el ejercicio 1987-1988 se acercará mucho a los 80.000 millones de pesetas.
En la actualidad sólo se han construido la pista de aterrizaje, un hangar y una torre de control provisional, y quedan por terminar una segunda pista cruzada, los acuartelamientos y un puerto militar.
Símbolo de compromiso
La construcción del aeropuerto pretende convertirse en un símbolo del compromiso político del Gobierno de Margaret Thatcher con los 1.800 habitantes de las islas, un proyecto para potenciar el desarrollo del comercio y el turismo con las Malvinas.Sin embargo, por el momento las consideraciones de índole militar han primado sobre las de cualquier otro tipo.
El Reino Unido se ve obligado a mantener una guarnición de 4.000 soldados en las islas y a desplegar una décima parte de u flota de 50 fragatas para vigilar la llamada "zona de exclusión", lo que limita de forma importante sus compromisos en Europa con la OTAN.
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