Una victoria inacabada

Sólo un loco o un ideólogo intentaría definir el significado del día de la victoria 40 años más tarde. Hay tantos significados individuales como recuerdos personales y, por lo menos, tantos significados colectivos como naciones. Los que fueron aliados en la anterior guerra son todavía capaces de ponerse de acuerdo sobre contra qué luchaban -definido toscamente-: contra el nazismo o fascismo. (...) Pero resulta todavía más fácil estar de acuerdo con nuestros ex enemigos alemanes que con nuestros ex aliados soviéticos sobre por qué causa luchábamos.Desde luego, la alianza con la Unión Soviética respondía a una necesidad estratégica. El Ejército Rojo jugó una baza muy importante en la derrota de la Alemania nazi en Europa. Ninguna diferencia ideológica puede negar esta verdad histórica. (...) Mirando el pasado podemos ver que uno de los mayores errores de los aliados occidentales fue el suponer que la Unión Soviética estaba luchando también por un mundo libre y que palabras como democracia, libertad y autodeterminación significaban lo mismo para ellos que para nosotros. (...)

La lección de este error histórico para los actuales defensores del mundo libre es ésta: no hacer suposiciones. No suponer que el enemigo de nuestro enemigo es automáticamente nuestro amigo. No simular ante nosotros; mismos ni ante la opinión pública. (...)

Después de 40 años de paz, son muchos los jóvenes de Europa occidental que no consideran como una amenaza seria a Europa oriental. El peligro de las armas nucleares norte americanas es para ellos más real -o irreal- que las soviéticas. La presencia de Estados Unidos en Europa occidental les parece una ocupación en mayor grado que la presencia de la Unión Soviética en el Este. Y, lo que es más, muchos de ellos están simplemente aburridos de este lóbrego y convencional mundo dividido en dos bloques. (...) Buscan un cambio. Quieren una causa propia por la ue luchar.

Ésta es una de las razones por las cuales los dirigentes de la cumbre de Bonn han incluido en su declaración el compromiso de trabajar para acabar con la división de Europa. (...) Debemos darnos cuenta de que pueden pasar otros 40 años, o incluso el doble de tiempo, antes de que el Este de Europa recupere las libertades que nosotros disfrutamos y se celebre al fin el verdadero día de la victoria.

8 de mayo