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Tribuna:TRIBUNA LIBRE
Tribuna
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Algunas notas sobre el paro femenino en Madrid

El autor examina la situación de la mujer en el mercado de trabajo en la Comunidad de Madrid y concluye que la discriminación sigue siendo la característica dominante, tanto por la proporción creciente de trabajadoras desempleadas como por la orientación de las que ocupan un puesto hacia el sector de los servicios.

Si de todos los problemas de las sociedades occidentales el más importante, y el que más preocupa, incluso al poder, es el desempleo, este problema se acentúa cuando lo diferenciamos por sexos y fijamos la atención en el lado de las mujeres.Tomando como base las cifras de desempleo registrado que facilita el Instituto Nacional de Empleo (INEM), que están muy cerca de las que publica el Instituto Nacional de Estadística -a través de la encuesta de población activa-, y que además demuestran una voluntariedad hacia el trabajo de los que se inscriben en las oficinas de empleo, podemos apuntar algunas características que acentúan la gravedad del problema del paro ál considerar el colectivo femenino en la Comunidad autónoma de Madrid.

1. Un aumento fuerte y persistente durante los últimos años, junto con el incremento del desempleo general, es la primera nota a reseñar. Los valores absolutos que reflejan las estadísticas del INEM para los últimos cuatro años, por ejemplo (y señalando sólo las semestrales para no recargar de cifras), son: 47.881 mujeres paradas en diciembre de 1980; 56.345, en junio de 1981; 63.462, en diciembre; 69.521, en junio de 1982; 87.535, en diciembre; 92.390, en junio de 1983; 102.646, en diciembre, y 115.0 8 1, en junio de 1984.

2. El paro femenino ha ido incrementándose a lo largo de estos años en mayor proporción que el desempleo total. Mientras éste ha pasado de 149.395 parados en Madrid (diciembre de 1980) a 283.124 en junio de 1984, es decir, incrementándose en el 89,5%, el desempleo femenino ha pasado entre las mismas fechas de 47.881 a 115.081 mujeres paradas, es decir, se ha incrementado en un 140,4%.

3. Implícita en la anterior, pero destacable por significativa, es la característica de que el desempleo femenino aumenta a mucho mayor ritmo que el de los hombres y, consecuentemente, gana proporción en el volumen total de paro. Así, mientras la cifra de hombres parados se incrementa en una media anual del 16%, aproximadamente, en estos cuatro últimos años, la de las mujeres aumenta a un ritmo aproximado doble del anterior (ver cuadro adjunto).

Jóvenes sin empleo

Las mujeres, que en 1980 participaban sólo del 32% del volumen total del paro en Madrid, han ganado en estos cuatro años nueve puntos porcentuales, pasando a disftutar del 40,7% en junio último.4. Este proceso de aumento que estamos reflejando es mayor en la Comunidad de Madrid que el de la media del país.

Ante el 140,4% en que ha subido el paro femenino de esta comunidad",entre diciembre de 1980 y junio de 1984, el paro femenino de¡ país ha sufrido un incremento del 107,8% sólo, dado que las cifras respectivas de este último colectivo son de 440.097 mujeres paradas en diciembre de 1980, y 914.346 en junio pasado.

5. Una quinta nota del paro femenino es la brutal proporción que del mismo representan las jóvenes. Los ¡grupos de edad jóvenes (hasta 24 años y desde los 16 en que se admite su inscripción en las oficnas de empleo), representan en todo el período una proporción igual o mayor al 60% de las mujeres en paro. En la serie que mostramos en el segundo cuadro hay un máximo en diciembre de 1982, con el 65%, iniciándose a partir de ahí una tendencia a la baja en este grupo de edades, mientras se incrementa en el intervalo 25-39 años, que pasa dell 25% anterior hasta el 30% actual. Los porcentajes de jóvenes paradas son, en todo caso, superiores a los de jóvenes parados.

6. La partipación de la mujer en el paro es mucho mayor que su participación en el grupo de activos; circunstancia ésta que agrava su situación en el mundo económico.

La mujer, menos posibilidades

La mujer de la Comunidad de Madrid se ha incorporado a la vida económica activa hasta representar el 32,4% de los activos, mientras que las mujeres sin empleo son un 40,7% del total de personas en paro.No pretendemos con estas notas un estudio profundo y completo del paro femenino, y por tanto no nos planteamos las causas del mismo, sus consecuencias y los remedios -como sería lo coherente en ese caso-; no nos planteamos, dada la necesaria brevedad de estos apuntes, las implícaciones de tanta joven sin ocupación, la gravedad de un aumento del paro tan vertiginosa en este colectivo, etcétera; pero no nos resistimos a resaltar dos fenómenos de carácter general que se reflejan clarísimamente desde nuestra perspectiva.

El primero es que en los últimos años se ha produciddo una masiva -en relación a la situación anterior- incorporación de la mujer al mundo de¡ trabajo; sea por la crisis económica que le ha afectado a ella o a los de su entorno, sea porque ha logrado cierta liberación o afán de superación, o sea por ambas cosas.

El segundo fenómeno a resaltar es que la mujer tiene menos posibilidades que el hombre en el mercado de trabajo. Se ha incorporado en menor proporción que él al mundo laboral y las incorporadas están en situación de desventaja.

Su formación profesional está tremendamente desviada -¿también por su culpa?- hacia el sector servicios y sólo hacia algunos. La mujer sigue, en definitiva, discriminada tambien en este campo.

José Martínez Madrid es economista.

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