La relación de fuerzas favorece a Wojtyla
Los cardenales en la iglesia son actualmente 152, de los que 32 no podrán participar en el cónclave porque han superado los 80 años. De los cardenales actuales, 60 han sido ya nombrados por Wojtyla, y, de ellos, 57 tienen menos de 80 años. De Pablo VI quedan 82, de los que 32 ya no participarán en el cónclave. De Juan XXIII quedan ocho, y dos de Pío XIL Leger y Siri, éste arzobispo de Génova.Los cardenales, italianos en este momento son 37. En total, los europeos son 81, los americanos (del Norte y del Sur) 39, los africanos, 16, los asiáticos, 13, y los de Oceanía, tres. Juan Pablo II está devolviendo importancia a una institución como el cardenalato, que estaba más bien en baja. En realidad, el concilio le había quitado mucho prestigio al haber declarado que la sucesión apostólica en la iglesia la constituía el cuerpo de obispos, y no el colegio cardenalicio, como se propugnaba en el siglo XII, el siglo de oro del cardenalato. Fue entonces cuando los cardenales dejaron de ser sólo romanos. Claro que también cambié su función. En el siglo VIII los cardenales eran sólo figuras eminentes de la Iglesia de Roma, que ayudaban al Papa en las cosas litúrgicas. A partir de entonces empezó a elegirse al Papa de entre ellos, aunque tendrá que llegar el año 1059, con Nicolás II, para que los cardenales reciban el poder de elegir al Papa. A partir de entonces, el poder de decisión de los cardenales fue enorme, hasta el punto de que llegaron incluso a condicionar al propio Papa. Fue Sixto V en 1588 quien dio a los cardenales el primer golpe de gracia, al crear las congregaciones romanas con poder de decisión. Desde aquel momento al cardenal le quedó por toda potestad decisoria la elección del Papa. En todo lo demás, un presidente de una congregación romana o el obispo titular de una diócesis tienen infinitamente más poder que cualquier cardenal.
Actualmente, el único poder jurídico real que tienen los cardenales es el de participar en el cónclave, y sólo si son menores de 80 años.
Por eso algunos juristas se plantean si es justo nombrar a un cardenal con más de esa edad, ya que, en ese caso, no tiene poder decisorio alguno.
En realidad, hoy el cardenalato tiene sobre todo valor político, ya que aumenta el estatus social y el prestigio frente a los poderes civiles. En cuanto al papel de los cardenales en la Iglesia, depende sólo de que el Papa los quiera asociar o no a sus decisiones y les llame para pedirles consejo. De cualquier modo, su poder sigue siendo, fuera del cónclave, jurídicamente sólo consultivo.
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