Silencio y dolor en el entierro del comerciante Joaquín Gordo, asesinado el miércoles en Parla

Joaquín Gordo, comerciante de Parla asesinado el pasado miércoles en el curso de un atraco, fue enterrado ayer a las tres de la tarde. Cientos de personas, entre las que se encontraban numerosos comerciantes y el alcalde, Francisco González, socialista, asistieron al sepelio en medio de un impresionante silencio. La Asociación Profesional de Comerciantes de la localidad ha convocado para mañana un cierre de todos los establecimientos como protesta por la muerte de dos personas en sendos atracos ocurridos con un día y medio de diferencia.

A las dos de la tarde de ayer, todos los comercios y bares de Parla, localidad de 70.000 habitantes situada al sur de Madrid, cerraron sus establecimientos para asistir al entierro del comerciante asesinado. Espontáneamente se organizó una manifestación pacífica hasta el cementerio. En muchos establecimientos, los comerciantes colocaron crespones y lazos negros con el nombre de Joaquín Gordo, así como carteles que anunciaban al público el cierre de establecimientos.El féretro que contenía los restos del comerciante salió del Instituto Anatómico Forense alrededor de las dos de la tarde. Una docena de familiares y amigos que esperaban la salida del cuerpo siguieron a la comitiva hasta el cementerio de Parla, donde esperaban varios centenares de personas. El féretro fue sacado del coche y transportado a hombros hasta la sepultura.

En medio de un impresionante silencio, un sacerdote leyó algunos párrafos de la Biblia en memoria de Joaquín Gordo y pidió a los asistentes al acto "valor para perdonar el disparate de la violencia". En los rostros de los asistentes se notaba una fuerte crispación, y algunas personas, compañeros de la víctima, lloraban abiertamente. El silencio sólo lo rompió una mujer de la localidad, que protestó indignada porque algunas personas se habían subido encima de las tumbas, dada la aglomeración que se produjo en el cementerio. A continuación se rezó un padrenuestro y el féretro fue introducido en la sepultura.

"Un amigo y un vecino"

Entre los asistentes se encontraban también el comisario de policía de Parla y Primitivo Sanz, presidente de la Federación del Pequeño y Mediano Comercio de la alimentación de Madrid y región que agrupa a más de 20.000 comerciantes.Una vez finalizado el entierro, los asistentes se disolvieron con absoluta calma.

El alcalde, que se encontraba muy abatido porque, según dijo, acababa de enterrar a un amigo y a un vecino del pueblo, aseguró que "lo peor es la impotencia, el no poder hacer nada. Sólo hemos pedido a la gente que, pese al dolor, se mantenga la calma". De la misma opinión eran los padres y los dos hermanos del fallecido, que no quisieron que el entierro se convirtiera en un mitin político.

La Asociación de Comerciantes de Parla, en la que están integrados unos 200 establecimientos, ha convocado para mañana, lunes, un cierre de 24 horas en señal de protesta por las dos muertes.

"El paro", aseguró un comerciante, "no será una jornada de protesta ni contra la policía ni contra las autoridades municipales, que están haciendo todo lo que pueden".

El cuerpo del agente Miguel Breganciano, que resultó muerto de un disparo en la cabeza, en el curso de un atraco el pasado jueves, cuando celebraba una despedida de soltero en la cafetería del supermercado Vendemás, fue inhumado ayer en el cementerio municipal de Cáceres.

En la localidad de Parla se tenía ayer la impresión de que el hombre que disparó contra el comerciante en su tienda, del que la policía carece de pistas, y los asaltantes del supermercado donde murió el policía no guardan relación alguna. Asimismo existía la convicción de que ni uno ni otros son residentes de la localidad.