Música nueva en la vanguardia clásica
El octavo concierto de la temporada del Centro para la Difusión de la Música Contemporánea incluía con el broche del Octeto, de Stravinski, cuatro obras de autores en esa etapa crítica de la primera madurez, cuando al joven compositor comienza a vérsele como compositor simplemente.La obra del británico Colin Griffith, en primera impresión, parece responder en mayor medida a unos planteamientos apriorísticos donde las vivencias personales tienen un importante papel que al atractivo puramente sonoro, limitado éste, además, por una interpretación no pulcra.
Casi lo contrario cabe decir de la obra del italiano Sandro Gorli una pieza donde todo resulta, fruto de un buen oficio compositivo e instrumental, aunque nos transmite aromas de otras músicas.
Obras recientes de Pérez Maseda y de Núñez
Pater noster (Griffith), Traspasa el aire todo (Pérez Maseda), Oltra il segno (Gorli), Desmod (Núñez) y Octeto (Stravinski). Grupo Koan. Director: José Ramón Encinar. Escuela Superior de Canto, 15 de abril de 1985.
Traspasa el aire todo sigue marcando el. afianzamiento de la personalidad creativa de Eduardo Pérez Maseda, compositor cuyas ideas musicales se van ciñendo obra a obra y, lo que es bien importante, se vierten últimamente con mayor depuración sonora.
El amplio conjunto instrumental está trabajado con finura camerística y los timbres adquieren tanta relevancia estructural como los otros elementos técnicos que el autor pone en juego para ordenar un curso sonoro abstracto, pero lleno de sugerencias que revelan excelente pulso de compositor.
Aspiraciones sinfónicas
Otro autor madrileño, que actualmente trabaja en la universidad de Stanford -Adolfo Núñez-, presentaba en España su obra Desmod. Consigue Núñez pprsonalizar, asimilar y hacer suyos procedimientos compositivos que, con mayor esquematismo, han sido base de tantas obras escritas ayer por los compositores españoles que hoy verá él como maestros.
Esta dualidad -música nueva en cauces de la vanguardia clásica- adquiere fisonomía sonora atractiva y se diría que alientan en Adolfo Núñez aspiraciones sinfónicas que acierta a sugerir con un grupo instrumental al que, no en vano, él llama en su comentario la orquesta.
Encinar y el Koan se hicieron aplaudir en un programa cuyo compromiso -tres estrenos en España y uno absoluto- salvaron al menos con suficiencia.
Babelia
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