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Científicos y moralistas, analizan técnicas genéticas para el futuro

Soledad Gallego-Díaz

Veinticuatro científicos, médicos, filósofos y moralistas se han reunido en París para discutir a puerta cerrada durante tres días sobre los aspectos éticos de la manipulación genética y de los nuevos métodos de procreación.Sus conclusiones serán sometidas a los jefes de Estado y de Gobierno de los siete países más industrializados del mundo, que se encontrarán del 2 al 4 de mayo próximo en Bonn.

Los participantes en el seminario (entre los que se encuentran tres premios Nobel) fueron designados por los Gobiernos de estos siete países industrializados, es decir, Estados Unidos, Canadá, Japón, Francia, República Federal de Alemania, Italia y Gran Bretaña. El acto de inauguración fue presidido por François Mitterrand, quien les exortó a encontrar la fórmula para que "el progreso científico contribuya al progreso del espíritu, de la libertad y de la dignididad de los hombres y mujeres y de sus hijos".

Las discusiones se centrarán en tres puntos: procreación artificial, manipulación genética y diagnóstico prenatal. El documento base, redactado por científicos franceses, señala que los nuevos métodos de procreación testimonian un cambio cultural que plantea graves problemas, tales como el concepto de paternidad o maternidad, los derechos del niño o, incluso, las repercusiones de índole económica.

"Más que favorecer la generalización de estos métodos, se debería plantear la posibilidad de limitarlos", explica el informe. El propio Mitterrand pidió a los congresistas que sugieran fórmulas para impedir que un niño se convierta en un objeto de compra-venta.

Las manipulaciones genéticas serán también objeto de examen. Recientes descubrimientos permiten transforman el patrimonio genético de las especies animales, hasta el extremo de que existe la posibilidad de darles un nuevo carácter. "Descubrir una anomalía genética -afirma el documento- es un progreso que puede proporcionar grandes servicios a la humanidad, pero habrá que evitar que se atribuya una ficha genética a cada individuo, describiendo sus posibles taras. Se puede plantear también la hipótesis de que se introduzca en el hombre un nuevo carácter hereditario, con el profundo problema ético que ello supondría".

Diagnóstico prenatal

El diagnóstico prenatal plantea también graves inconvenientes, porque se corre el riesgo de dejar que el Estado o un grupo médico decida qué malformaciones puede soportar la sociedad y cuáles no. La mayoría de las enfermedades detectables en el útero no tienen tratamiento, por lo que la única solución es el aborto. Se trata, sin embargo, de dejar que la pareja de progenitores decida libremente, sin que ningún tipo de autoridad pueda obligarles a que adopten la decisión de interrumpir el embarazo."Cada etapa del progreso científico ha provocado una nueva organización de la sociedad", afirmó el presidente francés, "los valores esenciales de la vida están hoy en cuestión. La bioética es hoy más importante que nunca".

Los expertos estiman que los jefes de Gobierno de los siete países más, industrializados no tomarán ninguna decisión en Bonn, pero que se mostrarán de acuerdo para proseguir los contactos y lograr una futura concertación de legislaciones. Uno de los problemas que se plantea con mayor urgencia es el de la procreación artificial, porque se corre el peligro de que un país acepte fórmulas que otros rechazan, con los consiguientes problemas legales para los niños así nacidos.

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