La composición del nuevo Gobierno marroquí refleja la preocupación por la ampliación de la CEE

La creación de un ministerio encargado de los Asuntos Europeos, adscrito directamente al primer ministro, Karim Lamrani, es, desde el punto de vista administrativo, la novedad más importante del nuevo Gobierno marroquí anunciado el jueves, y traduce la gran preocupación del rey Hassan II por la reciente ampliación de la Comunidad Europea a España y Portugal. El propio rey reconocía esa inquietud cuando el pasado 10 de abril, con motivo de la visita a Marruecos del ministro italiano de Asuntos Exteriores, Giulio Andreotti, afirmaba: "Estamos muy preocupados por la entrada de España y Portugal en la CEE. Pero, atención, porque si en lo inmediato ello provocara repercusiones negativas para Marruecos, a largo plazo será Europa la que deba preocuparse porque su opción estratégica de tomar el Mediterráneo y el norte de África como retaguardia es irrenunciable".La designación para ese puesto del anterior ministro de Comercio, Azzedin Guessus, sugiere la consideración privilegiada que el rey piensa otorgar en el futuro a este asunto, que se completa con su petición, hace casi un año, de que Marruecos sea admitido como miembro de pleno derecho en la CEE. Aunque la CEE ya ha respondido negativamente a esa petición, de una manera reservada al parecer, esa petición del monarca marroquí, al menos en la entrevista citada, no está solventada, ya que el monarca afirma: "Ahora la ampliación es más fácil". Y añade que espera una "respuesta positiva

Los beréberes, ausentes

Aparte del hecho de primera magnitud del rechazo de todo el movimiento nacionalista marroquí de las responsabilidades derivadas de la actual política económica y social del Gobierno -una actitud que sólo tiene parecido histórico con la gran crisis de 1963-, el Movimiento Popular, que pretende aglutinar a todo el mundo beréber marroquí, que demostró en las revueltas del pan de enero de 1984 su combatividad, también decidió "permanecer alejado del poder".

Cuatro ministros de la Reunión Nacional de los Independientes, RNI, y otros tantos de la Unión Constitucional, UC, ganadora de las últimas elecciones, y dos del Partido Nacional Demócrata PND, suministran, por la forma, la apariencia de que las elecciones legislativas sirvieron para algo.

Se trata, sin embargo, de una simple apariencia, y la atribución de los 16 ministerios principales a hombres sin otra afiliación partidaria que su fidelidad a la corona, confirma que en Marruecos las elecciones siguen siendo una hipótesis teórica para la constitución de los Gobiernos. Los Asuntos Exteriores, la Cooperación y la Información quedan al cargo del superministro Abdellatif Filali; las Finanzas, la Justicia, la Agricultura, el Interior, la Educación Nacional, el Equipamiento, el Plan y la Pesca son otros tantos ministerios que responden a los criterios indicados en último lugar. Todos estos ministros estaban ya en el anterior Gabinete.

En los ministerios atribuidos a los partidos ha habido una especie de lotería que ha llevado, por ejemplo, a un especialista en economía y finanzas como Taieb Bencheij a la Salud Pública; a un especialista en cuestiones en energía y minas como Mussa Sadi, al Turismo; a un ex ministro de Educación Nacional como Mohamed Buamud, a los Transportes, y a un abogado como Mohamed Labied, a la Artesanía.