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La informática, una disciplina inútil

Aprender a programar ordenadores no sirve si no se domina el campo en que se van a aplicar

La moda de los ordenadores personales es equívoca, señala el autor de este trabajo, y no hace ninguna falta, en su opinión, aprender su lenguaje, pues el destino final de estas máquinas es aprender el nuestro. De nada sirve aprender informática, si no se tienen profundos conocimientos del tema al que se va a aplicar, pues la única manera de generar trabajo con la nueva tecnología es incorporándola a las industrias tradicionales para hacerlas más rentables.

Los microordenadores que tanta gente tiene en sus casas son maravillas de diseño y de lógica. Sobre todo de lógica. Y ahora que están tan de moda, es lógico comprar uno, lógico aprender a manejarlo y lógico guardarlo en el armario de los trastos después de tres semanas, cuando se descubre que incluso los terribles programas de la tele son más interesantes que sus figuritas y jueguecitos en la pantalla.Entonces, ¿por qué es tan lógico comprar una máquina de esas? Pues... para que los niños aprendan informática. Todo el mundo dice que los que no saben programar y entenderse con un ordenador serán los basureros del año2000.

Este argumento es completamente falso. Y es falso por dos irrefutables razones. La primera es que bastante antes del año 2000 serán los ordenadores los que hablen nuestro idioma, sea inglés, español o udu. Obedecerán órdenes habladas o escritas en lenguaje completamente normal, y probablemente podrán incluso registrar los deseos de los que ni hablan ni se mueven, mediante los campos magnéticos del cerebro. Y entonces, cuando los ordenadores no den problemas, ¿qué vamos a hacer con el ejército de programadores que ahora se está creando? Sus conocimientos de Basic o de cualquier otro lenguaje de alto nivel les van a ser tan útiles como lo es hoy saber usar una regla de cálculo.

Antigüedades dentro de pocos años

En la II Guerra Mundial se necesitaban varias habitaciones bastante grandes para contener un computador menos potente y flexible que uno que hoy cabría en el bolsillo. Lo increíble sería que este progreso no aumentara a velocidad aún mayor, de forma que dentro de muy pocos años, todas las máquinas que existen o están en vías de desarrollo hoy día. parecerán antigüedades. ¿Por qué aprender a manejarlas cuando ellas mismas se van a esforzar en entendernos? únicamente recomendaría a un niño que aprendiera Basic si tuviera vocación de historiador de matemáticas.

La segunda razón por la cual no vale la pena aprender informática está clarísima para todas aquellas personas que a finales de enero dejaron el micro de Navidad en el armario de los juguetes olvidados. Los ordenadores son herramientas; según el programa, pueden presentar juegos o ayudar en cualquier actividad humana que requiera la manipulación de datos. Hace falta saber algo de una de estas actividades antes de que uno te sea útil.

Por ejemplo, un ordenador es muy útil en una tienda, sobre todo si vende productos etiquetados con las señales que pueden ser leídas por un bolígrafo luminoso. Pero si alguien que sabe muchísimo sobre programar abre una librería no durará ni seis meses en el negocio si no sabe muchísimo más sobre libros. Y es mucho más fácil y rápido aprender a programar para una tienda que hacerse un buen librero. Se puede decir lo mismo de casi cualquier oficio.

Entonces, hay que tener un conocimiento profundo de algo fuera de la informática, y tener unos objetivos muy concretos, para que un ordenador sea útil. El furor de la informática hace que la gente vea en ella un fin en sí misma; si sabes informática estarás a salvo, serás funcional e imparable. Es casi una religión, en la que el seudoinglés ha reemplazado al latín. Si dices hardware en vez de máquina o string en lugar de frase, estás simplemente intentando convencerte de que sabes algo. Incluso Basic significa Beginners All-purpose Symbolic Instruction Code, que en castellano sería CISUP, Código de Instrucción Simbólica Universal para Principiantes. Los que consigan trabajo en el año 2000 serán los que tengan conocimientos de algo, igual que hoy. Habrá muchos computadores, pero para manipularlos únicamente hará falta saber hablar y escribir claramente. Parece que en esos años las calles van a estar más limpias que nunca, cuando todo el mundo que hoy se especializa en la informática las esté barriendo. Pero, desafortunadamente, el problema no termina aquí, en una simple pero equivocada moda para aprender algo inútil: parece ser que también el Gobierno y los educadores del país se lo han tragado. Hablan incesantemente de las máquinas de la lógica, sin tener la menor chispa de la misma en sus declaraciones. Dicen que van a montar fábricas de circuitos en vez de astilleros, pero para hacerlas rentables tendrán que recurrir a su querido y nefasto proteccionismo, algo que será un poquitín más dificil dentro del Mercado Común. El dragón es el animal nacional del País de Gales, y un nombre obvio para un computador fabricado allí. Gracias a la libre competencia que rige en el Reino Unido, ni el simpático animal lograba vender su producto allí. Entonces vendieron la fábrica a España, y a no ser que el Gobierno ponga aquí aranceles para los computadores extranjeros, como ya hace en coches, motos, un larguísimo etcétera, el producto nacional galés irá a parar con los dragones de verdad. La producción de chips (microcircuitos impresos en trocitos de silicio) es sólo rentable con unas economías de escala inmensas, una calidad impecable, y un equipo de investigación que se encarga de chupar un gran porcentaje de los beneficios. Los chips más corrientes se venden por menos de 20 duros, y España ha perdido de antemano la carrera hacia la nueva generación de circuitos, que serán, durante un corto tiempo, bastante más caros. ¿Quién imagina que una industria así puede dar el empleo o rentabilidad de un astillero o de una mina?

Incorporar la tecnología a las industrias tradicionales

La única manera de generar trabajo con la nueva tecnología es incorporándola a las industrias tradicionales para hacerlas más rentables. Es decir, para que disminuya el coste de la mano de obra. Y para que las industrias puedan ser lo más eficientes posible hay que tener un mercado nacional abierto a los mejores productos de todo el mundo para que ayuden en los nuevos procesos de fabricación, y así esperar que abran bastantes fábricas nuevas, para absorber a los trabajadores excedentes. Cuando las fábricas de circuitos son de las más robotizadas del mundo es un sueño de opio pensar que ellas solas puedan generar más que un poquito de trabajo para amas de casa en sus ratos libres. Hay tres efectos que no va a producir la informática: primero, tener conocimientos superficiales de lenguajes y programas no va a ayudar a un trabajador a conseguir empleo; segundo, estos conocimientos no ayudarán a aprender un oficio, y tercero, fabricar bienes puramente electrónicos no va a generar ni mucho dinero ni mucho empleo. Sin embargo, esto no quiere decir que el horizonte esté negro por la amenaza de una tormenta de paro; la tormenta ya está aquí. Y lo que puede salvar a todas las industrias del país no es empezar a fabricar bienes electrónicos, cuyo precio muy pronto será increíblemente bajo, sino ir incorporando estos bienes a las industrias ya maduras, desde el turismo hasta las minas, para que sean más eficientes.

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