Argentina, Ecuador, Costa Rica y Honduras apoyan también el plan de Reagan para Nicaragua

Estados Unidos continúa presionando diplomáticamente para lograr la aprobación del plan para Nicaragua del presidente Ronald Reagan que pide a Managua la inmediata apertura de conversaciones con la guerrilla contrarrevolucionaria. Tras Colombia y México han sido Argentina, Ecuador, Costa Rica y Honduras los países que han respaldado la propuesta. El embajador especial de Reagan para Centroamérica, Harry Shlaudeman, tras viajar a estos dos últimos países, llegó ayer a Panamá, donde hoy se inicia una reunión trascendental de ministros de Exteriores de Contadora y Centroamérica.

La impresión dominante es la de que el plan de Reagan está contribuyendo a aislar más al régimen sandinista. Primero fue el presidente colombiano, Belisario Betancur, el que, tras su entrevista del pasado jueves con Reagan, en Washington, apoyó indirectamente la propuesta. En la noche del martes fue Miguel de la Madrid, jefe de Estado mexicano, el que aseguró que la propuesta "puede constituir un paso adelante en la solución del delicado conflicto centroamericano". Y ayer vinieron a añadirse nuevos respaldos: los de Ecuador, Argentina, Honduras y Costa Rica.El presidente ecuatoriano, León Febres Cordero, que se encuentra en EE UU, declaró el martes en Nueva York que los países latinoamericanos deben apoyar el plan Reagan "para que se produzcan buenos resultados". Por su parte, Dante Caputo, canciller de Argentina, dijo: "Creemos que el plan marca la posibilidad de recomenzar un proceso negociador, que estimamos muy positivo, y a través de una solución de naturaleza política".

Ante esta avalancha de apoyos, las opiniones en contra resultan especialmente visibles, sobre todo cuando se producen en EE UU. El presidente de la Cámara de Representantes, el demócrata Tip O'Neill, actualmente de visita oficial en Moscú, dijo que Reagan "no estará contento hasta que estén allí (en Nicaragua) tropas norteamericanas". Algunos grupos privados han pedido también al presidente que "renuncie a sus planes, abiertos o encubiertos, directos o indirectos, de renovar el apoyo militar y paramilitar a los insurgentes".

La mayoría de los análisis coinciden en que la propuesta de Reagan está dirigida claramente a conseguir el desbloqueo de 14 millones de dólares (unos 2.500 millones de pesetas) para ayuda a los contras. La propuesta preveía que, en el caso de que Managua aceptase el alto el fuego de dos meses y la apertura del diálogo con la oposición armada, la partida presupuestaria se destinase a la compra de alimentos y medicinas, en lugar de armas para los rebeldes.

Aunque la febril actividad de Shlaudeman parece indicar lo contrario, la agenda de la reunión del Grupo de Contadora que se inicia hoy en Panamá no parece que incluya la discusión del plan de Reagan. El vicecanciller panameño, José María Cabrera, que ha participado junto a sus homólogos del Grupo de Contadora (Colombia, México y Venezuela) en la reunión preparatoria de la que hoy comienza, declaró el martes que la propuesta "no tiene ninguna relación directa con los temas que se van a desarrollar y concierne primordialmente a las relaciones entre los Gobiernos de Nicaragua y Estados Unidos". En su opinión, considerar el plan "sería una injerencia en los asuntos internos de un país centroamericano". No obstante, a última hora de ayer persistían los rumores de que Shlaudeman verá en Panamá a varios de los cancilleres centroamericanos y de Contadora.