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La reactivación económica de la URSS, principal objetivo de Gorbachov

Pilar Bonet

El nuevo estilo de gestión de Mijail Gorbachov va ganando terreno a medida que pasan los días y el líder se va familiarizando con el poder. La reactivación de la economía es la prioridad fundamental, y el método se basa hasta ahora en una mejor utilización de las estructuras existentes, el reforzamiento de las medidas disciplinarias y la ampliación de las responsabilidades penales para quienes violen las normas.

El martes, el Tribunal Supremo de la URSS dio nuevas instrucciones a los jueces. Éstas amplían las responsabilidades criminales por la producción y venta de productos deficientes, inacabados o de baja calidad, con independencia de si la falta fue deliberada o resultado de la negligencia. Tanto los directores de las empresas afectadas como los ingenieros jefes y otros responsables deberán comparecer ante los tribunales por los delitos mencionados.

Falta de organización

A la sesión del Tribunal Supremo asistían no sólo el fiscal general, A. Rekunkov, y el ministro de Justicia, B. Kravzov, sino también el ministro de Comercio, G. Vaschenko. Con Gorbachov, la Administración soviética ha dado nuevo ímpetu a la línea iniciada en tiempos de Yuri Andropov y adormecida en la época de Chernenko. Con la amenaza de castigo se pretende implicar directamente a los responsables económicos y políticos en el resultado de su labor.

La reunión del Tribunal Supremo tuvo lugar un día después del encuentro mantenido por Gorbachov y varios dirigentes soviéticos con representantes de la industria y la agricultura. En un discurso pronunciado entonces, Gorbachov manifestó que "la falta de organización", la "negligencia" y la "falta de responsabilidad" habían influido en los resultados del primer trimestre de 1985. El dirigente señaló la importancia del cumplimiento del plan y subrayó que para ello "hay que incrementar decididamente la responsabilidad de los cuadros en el trabajo" y el aumento de la disciplina. Mejorar la calidad de la producción agrícola e industrial tiene "una enorme importancia económica y política", dijo Gorbachov.

El congreso del partido, del que surgirá un nuevo Comité Central, constituye una ocasión para que Gorbachov consolide su poder con la entrada de cuadros afectos y cualificados. La composición del actual Comité Central, que consta de algo más de 300 miembros, se remonta a la época de Leonid Breznev. El congreso del partido podría tener lugar a principios del año próximo y no adelantarse a noviembre o a diciembre, como aseguraban medios soviéticos bien informados en los últimos meses del mandato de Chernenko. Celebrar el congreso el año próximo permitiría a Gorbachov ir ganando tiempo para renovar el aparato del partido.

Los cambios, que aparentemente no se interrumpieron durante la época de Chernenko, reciben ahora algo más de publicidad en la Prensa, que informa de los plenos de las organizaciones locales del partido. En estas reuniones el tema cuadros es nuclear. Los relevos no son ajenos al factor generacional, que se admite ahora como un elemento positivo del cambio. Al iniciarse el mandato de Chernenko, la Prensa soviética publicó varios artículos donde la vejez se relacionaba con una mayor experiencia, sabiduría y mayor capacidad. Ahora el tono ha cambiado, y desde antes de la muerte de Chernenko. Un artículo aparecido en marzo en la revista teórica Kommunist afirmaba que durante los años 1983-1984 se había producido un significativo rejuvenecimiento de los dirigentes del partido y que la cifra de secretarios de organizaciones municipales y de distrito menores de 40 años pasó del 27% al 43% durante esa época.

Planes realistas

Una buena parte de la popularidad de la que disfruta Gorbachov en Occidente viene de su imagen pública, especialmente promocionada durante su visita al Reino Unido. En la URSS, sin embargo, y para consumo interno, Gorbachov, al igual que Andropov, no es partidario de dejarse fotografiar, y a diferencia de Chernenko, su imagen no aparece en la revista Pravda cada vez que el dirigente hace una intervención pública. En el trasfondo de algunos de los problemas más graves de la industria y la agricultura soviética está la obligatoriedad de cumplir los planes de producción a toda costa, sin que se disponga a menudo de los instrumentos para hacerlo. La obligatoriedad del plan sigue sin cuestionarse, y Gorbachov se refirió el lunes al "fortalecimiento de la planificación central en sus directrices principales". Lo que se pretende ahora, sin embargo, es que los planes sean más realistas y partan en su elaboración de las unidades productivas que deberán cumplirlos.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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