Toros para lidiadores
Las reses de Santiago Domecq lidiadas ayer en Las Ventas tuvieron presencia y hechuras de toro de lidia. Su comportamiento ya fue otro cantar. Todos hicieron pelea de mansos, pusieron en apuros a los banderilleros al hacer hilo a la salida del par, buscaron refugio en tablas y desarrollaron sentido en la muleta, sobre todo el primero, que encerró en el estribo a Curro Vázquez y le dio un susto tremendo al arrebatarle el capote y perder el torero el equilibrio.Para hacer frente a estos toros hay que olvidarse de la faena estereotipada y del pase hecho y salir a fajarse con ellos, en pelea de lidiador. Lo que no quiso o no supo hacer Curro Vázquez, que no sometió en ningún momento al peligroso cárdeno que mató en primer lugar y que tras buscar las vueltas y los terrenos más propicios al cuarto buey terminó desanimado.
Plaza de las Ventas
7 de abril.Toros de Santiago Domecq, con trapío, mansos. Curro Vázquez. Pitos. Silencio. Roberto Domínguez. Silencio. Aplausos. Pepe Luis Vargas. Un aviso y ovación. Aplausos.
Hasta el quinto toro no vio Roberto Domínguez con claridad qué clase de trajín pedían los antiguos bichos de Núñez Hermanos. Había hecho una faena discreta, poniéndose bonito en ldos muletazos, en el segundo toro, y en ese quinto, que se le fue a tablas al terminar el tercio de banderillas, se limitó a lidiar muy bien por la cara para ahormarle la cabeza y poder entrar a matar sin apuros. Lo malo es que luego se echó fuera en los encuentros y lanzó un borrón en lo hasta entonces bien hecho.
Muy animoso y torero ha estado desde el primer momento el pequeño Pepe Luis Vargas. Ya había intervenido en quites en los dos primeros toros, y en el tercero lanceó con valor y pinturería. Su labor con la muleta fue vistosa, entonada, con algunos muletazos con la derecha en los que mandó en el toro y con sabor sevillano en los pases de frente con la izquierda y los adornos y remates. En el sexto intentó de nuevo la faena del anterior, pero el toro, bronco y mansurrón, le avisó que las cosas no deberían ir por ahí, por lo que optó por machetear por la cara con sentido lidiador y acabó con el marrajo con brevedad.
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