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Reuniones secretas entre Morán, Andreotti y Dumas para decidir el ingreso de España en la CEE

Andrés Ortega

El destino de las negociaciones de adhesión de España a la CEE -que hoy entran en su día decisivo- se fraguó anoche en una cena secreta en la que participaron a solas los ministros de Asuntos Exteriores italiano, Giulio Andreotti, y español, Fernando Morán, y en la que iba a estar presente el francés Roland Dumas, titular de Relaciones Exteriores. A última hora de la tarde se supo, sin embargo, que Dumas no podría compartir la cena con sus colegas italiano y español por tener que reunirse con el secretario de Defensa de Estados Unidos, Caspar Weinberger. Sin embargo, a las diez de la mañana de hoy, Morán y Dumas mantendrán un desayuno de trabajo, calificado como "importante y bastante clarificador" por el ministro español.

Francia es el país que plantea mayores dificultades para el acuerdo final especialmente en capítulos como vino y pesca. Morán, a última hora de la noche de ayer, declaró que el contacto directo con Dumas es importante, máxime "cuando ayer hubo Consejo de Ministros en España y en Francia". Morán señaló que aunque este desayuno de trabajo tiene un especial significado, probablemente "no habrá acuerdo hasta la madrugada. Yo creo que el paquete se puede cerrar mañana (por hoy)", añadió el ministro español.Aunque la presidencia italiana del Consejo de Ministros de la CEE cree que se pueden concluir hoy o mañana los grandes temas, muestra mucho miedo de que Grecia dé un puñetazo sobre la mesa y bloquee el acuerdo hasta no encontrar satisfacción a sus temas, temor compartido por el jefe de la diplomacia esnañola.

Los diez y España y Portugal vuelven a encontrarse hoy en Bruselas, la víspera de la apertura de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la CEE. Ayer, el secretario de Estado para las Relaciones con la CEE, Manuel Marín, se entrevistó con la presidencia italiana para hablar de los capítulos presupuestario y canario. Por su parte, Portugal mantuvo también reuniones con la presidencia, y ésta debería presentar hoy a los diez una propuesta de compromiso global sobre el tema luso, que iba retrasado.

Sobre agricultura y pesca se discute aún sobre si las diferencias que separan a España de Francia eran realmente 5 barcos y 300.000 hectolitros, como dijo Morán, o 20 barcos y 3 millones de hectolitros, como dijo Andreotti. También se discute sobre si la cuota de producción de vino de mesa en España -ya sean 25, 27,7 o 28 millones de hectolitros- representaba el ciento por ciento de esta cuota -como ahora dice la parte española, en contra de anteriores declaraciones -o sólo el 85%, a partir del cual se dispara la destilación obligatoria a bajo precio.

Confusión de confusiones

La confusión de cara al público parecía la norma ayer, a medida que se envenenaba más el tema. Se corre el riesgo de reabrir el paquete ya cerrado. España sigue insistiendo en conseguir algo más -una pequeña rebaja para los precios de referencia- para su sector cítrico. Y cuidado, pues los temores italianos respecto a Grecia podrían tener fundamento. Grecia no quiere sólo una solución satisfactoria a los Programas Mediterráneos Integrados (PIM), sino también mayor protección por medio de los precios de referencia generalizados a la importación de tomates provenientes de países terceros -que liga al estatuto de Canarias- y un acuerdo satisfactorio sobre la contribución española al presupuesto de la CEE. El temor de la presidencia es que Grecia no espere a la cumbre para bloquear, sino que lo haga hoy mismo.

El capítulo presupuestario es otra cuestión peliaguda que puede provocar una tormenta, como ya avisamos en su tiempo. España pagará a la CEE todo lo que le corresponde desde el principio, pero en razón de la aplicación gradual de las políticas comunitarias, España no recibirá todo lo que le corresponde. Por ello, durante seis años se le irá devolviendo un porcentaje gradualmente más bajo de su contribución, de manera que en el conjunto de esos años el balance sea neutro (al cabo del décimo año España ganará unos 80.000 millones de pesetas de la Comunidad Económica Europea).

España no pone reparos mayores. La Comisión Europea ha propuesto acordar la misma devolución a Portugal (a pesar de que sólo será deficitaria durante el primer año) para compensar el desequilibrio de su balanza de pagos. De ello se discutía ayer.

Pero el verdadero problema está entre los diez, pues, por la fórmula del cheque al Reino Unido y a la República Federal de Alemania que se acordó en Fontainebleau, el reembolso a España y Portugal costaría a la República Federal de Alemania de un 30% a un 32%; a Francia, de un 24% a un 27%, y al Reino Unido... un 6%. Algo que ni París ni Atenas, que también pierde en esta operación, parecen dispuestos a aceptar.

El tema de Canarias

En cuanto a Canarias, hay problemas con el tabaco y otros productos, pues la CEE bloquea de hecho el crecimiento de sus exportaciones hacia España y los doce. Otro tema debatido ayer fue la participación española a la Convención de Lome de la Comunidad Económica Europea con países del Tercer Mundo.

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